Estimados iluminados contertulios, les escribo luego de una quincena llena de noticias, en las que un terremoto político nos sacudió cuando menos lo esperábamos, que un país árabe musulmán, que nunca había estado en guerra con la Medina, aceptara reconocerla oficialmente y formalizar las relaciones diplomáticas correspondientes, gracias a la gestión del Tío Trump, y su yerno.

Si bien hace cuatro o cinco años uno de mis cuñados, el diamantero oficial de la familia que vive en Amberes, cuando nos reunimos en su casa para celebrar Shmini Atzeret y Simja Tora, no contó que había estado dos días en Abu Dabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos, por razones de negocios, y se había encontrado no sólo con judíos sino que con varios israelíes.

Yo, de política internacional mucho no entiendo, soy un simple jubilado de Abasto, pero lo que me llamó la atención es que dos países que nunca habían estado en guerra firmen un tratado de paz.

Cuando se lo comenté a la Roiter, mi esposa, me dijo que yo siempre le busco el pelo al huevo, y que esto era fabuloso para la Medina. Cuando le pedí que me lo explicara, me dijo que es lo que decían los periodistas de la única radio judía de Latinoamérica.

Lo que a mí me llamó la atención son las críticas que escuché en varios zoom y leí en la web sobre la campaña de FEJA-AMIA, que fueron pocos los donantes, que el monto recaudado era ínfimo, si hasta el candidato a presidente de la AMIA por Una AMIA, Alejandro Kladniew lo sostuvo en un zoom que organiza esa agrupación política que quiere la unidad de la comunidad.

Es cierto que el monto fue bastante exiguo teniendo en cuenta lo que necesitarían las escuelas de la red escolar judía, para atravesar la pandemia, y que por lo que se observó en el listado de donaciones, que se podía consultar en la web, no las había de grandes donantes, esos que anualmente pueden donarle a varias instituciones diez mil de los verdes como mínimo, pero eso es justamente lo valorable, que pudo colaborar lo que los “recaudadores” llaman el chiquitaje.

Además, quienes critican que no hubo grandes donantes, algunos periodistas y dirigentes comunitarios parecería que se olvidan que los “guevirim” (ricos o muy ricos, según el caso) aportan regularmente a ciertas instituciones y de esa manera hacen su Tzedaká.

Lo que no me gustó, es que el candidato a presidente de Una AMIA , si bien no la nombró, criticara a la escuela de los jabadnikim porque días después de la campaña de FEJA-AMIA hiciera su propia campaña de recaudación de donaciones. La verdad es que desde hace ya varios años, a fines de agosto, me invitaban a la cena recaudatoria que anualmente organizaban para cubrir el importe de las becas que otorgan, me imagino que como este año no podían hacer la cena organizaron su campaña recaudatoria, y según lo que leí lograron su objetivo en exceso.

Volviendo a las importantes noticias, que Hugo Zigman anunciara que su laboratorio, fabricará a riesgo varios millones de vacunas para el Covid 19, antes de que sea aprobada por los entes oficiales respectivos a nivel mundial, también me sorprendió, quizás no tanto por lo inesperado del anuncio sino debido a que lo he visto en algunos eventos comunitarios y hasta cambié un par de palabras con él.

Lo que me tiene mal es la cantidad de zoom comunitarios que se superponen, mientras que a la Roiter le parece maravilloso, y se va armando una especie de horario, como el que teníamos en la secundaria, con cada uno de los zoom y luego elije. El viernes mientras se preparaba y acicalaba, para Shabat mire ese horario y la verdad es que también me sorprendió pues no había ni uno de chimentos ni tampoco de comidas, aunque sí un par de gimnasia y otros sobre temas relacionados con los textos semanales de la Torá.

Lo que me enteré es que en la OSA no se pusieron de acuerdo los “presidentes” de los “partidos” sobre postergar el mandato de la actual Comisión Directiva y se ha convocado a una Asamblea para elegir la próxima conducción, que de la cual Sergio Pikholtz no sería su presidente. Uno de los que participó del conclave presidencial, le comento a su esposa y ésta a su mejor amiga, que una posible candidata sería la cosmetóloga y la Roiter, que no sé cómo se enteró me lo contó a mí. Inmediatamente llamé a mi contacto sionista, que también se entera de todos los chimentos habidos y también por haber, y me dijo que ese rumor era viejo.

Lo que no era viejo, según pude comprobar hace unos días, es que por más atento que uno esté, hay veces que uno no se entera del zoom al que no debería dejar de entrar.

Mi contacto sionista, admirador acérrimo de David Ben Gurion, es realmente un buen ejemplo de quienes estamos encerrados por la pandemia, se la pasa hablando por teléfono y mirando zoom. Según parece, no me consta porque no lo vi, si bien conozco a varios que sí lo vieron, el director ejecutivo de ORT Argentina fue el orador de uno de los eventos virtuales de Una AMIA, y lo que dijo un medio colega comentó. Según parece don Adrian Moscovich no sólo habló sobre educación, judía y no judía, sino también sobre el futuro de la comunidad y sus dirigentes, y también dijo que estaba sorprendido, positivamente, por la manera en que la ortodoxia estaba gobernando la AMIA.

Finalmente, tengo que decirles que en uno de los tantos zoom que vi desde nuestro anterior contacto, fue el de la “Peña Sionista” donde el ex periodista de la pipa habló sobre el movimiento sionista antes de Iom Haatzmaut. Para mí ni fu ni fa, lo que sí es muy interesante es la idea, una reunión semanal para hablar descartonadamente de un tema relacionado con el movimiento sionista y el Estado de Israel que un tal Rubén había ideado y con Sergio apoyando e implementado. Lo que sí le pido a alguno de los organizadores, que le digan al periodista que tiene que mirar a la camarita, porque en más de un momento lo único que se le veía era la falta de pelo en la parte superior de su cabeza.

Pero algo tengo que reconocer, que gracias a las buenas intenciones de sus organizadores, muchos de los zoom comunitarios son desacartonados, y eso para este frustrado jugador de ajedrez los hace exitosos.

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