Los Grandes Rabinos del Estado de Israel, debido a la pandemia que padece la población mundial, han solicitado al Am Israel, siguiendo una ancestral tradición, que efectúen un ayuno el día anterior a Rosh Jodesh Nisan, es decir el miércoles 25 de marzo.


La Organización Sionista Mundial, por su parte, ha organizado que ese día a las 8:30 pm, hora israelí, es decir cuando ya es Rosh Jodesh, “Una reunión masiva de oración y canciones en hebreo e inglés que se transmitirá en las redes sociales titulada “Mi Shebeirach – Singing for World Health” (Cantando por la Salud Mundial).


Mientras tanto la Corte Suprema israelí ordenó que la 23ª Kneset entre en funciones, y que su presidente autorice a integrar sus comites de trabajo y convocar a sus miembros para que voten quien debe presidirla.


Nos hemos enterado, por los medios de comunicación, que la primera de estas medidas ya se ha implementado, que el sector opositor al primer ministro en funciones, Biniamín Netanyahu, las ha integrado modificando una tradición de unos 70 años, pues los partidos que suman 61 miembros de la Kneset son mayoría en cada una de los comités, una de las cuales estará presidida por uno de los miembros de la Lista Árabe Conjunta.


No es nuestra intención apoyar o criticar las decisiones que han tomado los opositores a Netanyahu, pero hay algo que nos llama poderosamente la atención, y es que la comisión cuyo presidente no será un judío es el “Comité de Trabajo, Bienestar y Salud” de la Knéset que se ocupa de muchos temas relacionados con el conflicto árabe-israelí, incluida la rehabilitación de veteranos discapacitados de Tzahal y de familias de víctimas de guerra y terror; y que también controla las regulaciones salariales de los soldados de las FDI.


Ante cada hecho uno puede analizarlo de la misma manera en que lo hace con un vaso ocupado en un 50%, por lo que lo considera medio lleno o medio vacío.


Como plenamente identificados con el ideal sionista y por lo tanto que el Estado de Israel debe ser un estado judío, que se le haya otorgado la presidencia de un comité parlamentario, que tiene una directa relación con la relación con el conflicto palestino israelí a un miembro de la lista electoral integrada por tres partidos políticos árabes que no reconocen la peculiaridad judía del Estado de Israel, y que muchos de sus miembros apoyan y ponderan abiertamente el accionar terrorista, no nos hace ver el vaso ni medio lleno, ni medio vacío, sino como una incongruencia que puede generar muchas más.


Si por la pandemia nos solicitan que ayunemos los Grandes Rabinos, y la máxima organización del Movimiento Sionista organiza una actividad que llama “Cantando por la Salud Mundial”, por incongruencias como la que hemos descripto más arriba consideramos que quienes nos identificamos como sionistas deberíamos hacer algo similar destinado a cuidar al sionismo y su obra, el Estado de Israel.

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