Felipe de Edimburgo falleció a los 99 años de edad luego de una enfermedad de larga data. Consorte de la Reina Isabel II, fue una figura central en la realeza británica durante el siglo XX.

Nacido en Corfú, Grecia, su madre fue Alicia de Battenberg, quien fuera princesa de Grecia y Dinamarca. Durante la Segunda Guerra Mundial, la madre de Felipe ocultó judíos en Atenas, salvándolos de la barbarie nazi. Por este heroico acto, Yad Vashem, Museo del Holocausto de Jerusalém, reconoció a su madre como una de los Justos entre las Naciones en 1994.

El Duque de Edimburgo fue el primer miembro de la Casa Real Británica en visitar el Estado de Israel aunque en ese acto no fue representando a la Corona sino que fue a título personal dado que en esos tiempos había una prohibición no oficial, pero no obstante vinculante, que se aplico en los años anteriores al establecimiento del Estado Judío durante el Mandato Británico. Está restricción fue anulada, luego del viaje que realizó el Príncipe Guillermo en 2018, nieto de Felipe, cuando viajó en Visita Oficial al Estado de Israel, la Autoridad Palestina y Jordania.

En Yad Vashem, Felipe plantó un arce en memoria de su madre, que estaba casada con el príncipe Andrés de Grecia. Ayudó a albergar a tres miembros de la familia de un político judío griego fallecido en su palacio de Atenas. La Gestapo sospechaba de Alicia, incluso la interrogaba, pero la princesa, que era sorda, fingía no entender sus preguntas. Alice más tarde se convirtió en monja. Falleció el 5 de diciembre de 1949 y sus resto fueron enterrados en la Iglesia de Santa María Magdalena en Jerusalem cercano al Monte de los Olivos.

Fuente: Aurora Israel

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