Estimados iluminados lectores les escribo en medio de una rigurosa cuarentena, a fin de contarles lo que hicimos con Eleonora, la Roiter, desde nuestro último contacto y mi visión de algunos de los hechos que nos están sucediendo.
Tanto por una causa inesperado primero y la pandemia después, todos nuestros planes debieron modificarse. Nosotros teníamos planificado viajar con Alitalia vía Roma, pero un llamado del hermano de la Roiter que vive en Amberes diciéndole que tenía que firmar unos documentos en Bruselas nos hizo cambiar los pasajes y viajar el miércoles 26 de febrero, firmar unos papeles en un banco, pasar Shabat en la casa de mi cuñado y el domingo primero de marzo volar a Israel.
Los sobrinos de la Roiter que nos esperaron en Ben Gurrión nos dijeron de todo por haber viajado a la Medina para votar, en medio de una enfermedad que no se sabe cómo combatir. Así que para escaparnos de la posibilidad del contagio, ni bien emitimos el voto, volvimos al aeropuerto y nos fuimos a Nueva York esa misma tarde, pues en Clase Ejecutiva siempre hay pasajes.
Después de una semana en que Eleonora no paro de hacer trámites, tener un par de videoconferencias con sus hermanos, celebrar Purim y visitar el Metropolitan Museum regresamos a Buenos Aires, y al llegar a Ezeiza nos informaron que debíamos estar en cuarentena.
Por nuestra edad somos pacientes de riesgo y pensé que el ideal sería estar 14 días en el country, pero la Roiter, mucho más perspicaz dijo que el lugar tenía que ser nuestro departamento en la ciudad, y aquí estamos.
La mujer que lo limpia y cuida cuando viajamos nos compra todo lo que necesitamos y lo deja frente a la puerta de servicio, desde donde lo entramos, evitando de esa manera cualquier tipo de contacto.
La Roiter se pasa el día hablando con sus amigas, con sus hermanos, cuñadas y algunas sobrinas, teléfono mediante, mientras que yo intento comprender lo que pasa en Israel y en Argentina, en especial en la comunidad. Haber estado dos semanas fuera del país me desubicaron por completo.
Tampoco tengo en claro lo que ocurre políticamente en la Mediná.
El Likud es la primera minoría, pero con el liderazgo de Bibi no logra los 61 apoyos necesarios para que le encarguen formar un nuevo Gobierno, lo que si obtiene Ganz y el presidente Riblin no tuvo otra alternativa que encárgaselo al líder de Kajol Laban, quien logró ese pedido gracias al apoyo de la lista conformada por los partidos políticos árabes israelíes.
Si en Argentina la pandemia nos afecta, en Israel no es sólo un gran problema actual, sino que también lo es a futuro, tanto a nivel sanitario, médico como social y económico, y no hay que olvidarse de los ataques desde Gaza y tampoco con lo que puede pasar en la frontera con Líbano y Siria.
Es por ello que a miles de kilómetros de distancia me pregunto cómo es posible que hombres tan inteligentes como Bibi, Ganz y Liberman no puedan llegar a un acuerdo.
Otro interrogante que me hago, es qué hará Liberman, quien en más de una oportunidad dijo que no integraría ni favorecería un gobierno que necesite el apoyo de los Javerei Kneset de los partidos árabes.
Me hago estas preguntas, y se las trasmito a ustedes, iluminados lectores, debido a que si se las hago a la Roiter, tendría que soportar toda su furia, pues como ya se los conté, de ser una betarí convencida y militante cuando la conocí, con el paso de los años se convirtió en una ferviente admiradora de los neokahananistas.
Pasando a nuestra comunidad, tengo que reconocerles que debido al forzoso encierro, casi no tengo contactos con quienes son activos miembros de la interna comunitaria.
Al momento de escribir estas líneas ya se ha postergado la elección de AMIA, programada para el domingo 5 de abril, pero tengo que decirles que hasta el momento en que esa decisión fue tomada, me llamó la atención la cantidad de mails y de WhatsApp que recibí de las tres listas: Una AMIA, Somos AMIA y BUR, con mensajes claramente definidos sobre lo que se proponen hacer si ganan la elección.
Como en elucubraciones anteriores me referí a las que sostienen don Alejandro y doña Batia, en esta oportunidad sólo me referiré a las del Bloque Unido Religioso, que si bien siguen sin promocionar quien será su candidato a presidente, han establecido dos posturas muy claras: a) mantener la Jevra Kedusha, y el Beit Olam (cementerio) de acuerdo a lo que establece la Halaja, y b) mostrar que socios no datim (religiosos) los apoyan.
Me imagino, porque con ellos no tengo ningún tipo de contacto, que está campaña cuenta con el beneplácito de su líder, el Rabino Levin.
Conversando con Eleonora sobre la postergación de la elección de AMIA, en que ambos concordamos, me sorprendió algo que criticó: la encuesta que envió por mail Una AMIA. La Roiter considera que no es éticamente correcto preguntarle a quien la contesta, primero a que lista piensa votar y después si existe la posibilidad de que lo modifique. Cuando contesté a esa posibilidad respondí que no, pero quizás la postura de la Roiter sea valedera.
Ante esta postergación sería interesante saber que harán ahora los responsables de las tres listas, que han invertido una importante cantidad de dinero en publicitar sus propuestas, realizar reuniones con asociados, etc. etc.
Un detalle no menor es que esta postergación implica que el mandato de la actual comisión directiva de la AMIA se prorroga, como mínimo algunos meses, algo que por motivos completamente diferentes ya ocurrió con las dos comisiones que la precedieron: la que presidió Guillermo Borger estuvo al frente de la AMIA cinco años debido a que no pudo sesionar la Asamblea Electora por falta de quórum en tres oportunidades y la siguiente cuyo presidente fue Leonardo Jmelnitzky reemplazado por problemas de salud durante varios meses por el vicepresidente primero Tomy Saieg, gobernó cuatro años debido a planteos judiciales efectuados por miembros de agrupaciones opuestas al BUR, que actualmente forman parte de Una AMIA.
Pasando a otro tema les cuento que por intermedio de los medios de prensa comunitarios Eleonora y yo nos enteramos, cuando ya estábamos en Nueva York, que las autoridades de AMIA y de DAIA fueron invitadas a presenciar el discurso del Presidente de la Nación al iniciar el período de sesiones del Congreso de la Nación, el pasado 1º de marzo, y que fueron ubicados en el mismo palco que los representantes del Llamamiento Argentino Judío.
Para mí, lo que ocurrió, fue un error protocolar, mientras que para la Roiter fue un mensaje que hay que tener muy en cuenta, como también lo fue, según ella, que Galit Ronen, la señora embajadora del Estado de Israel, días antes, asistiera al carnaval correntino.
La Roiter dice que al igual que cuando estoy frente a los trebejos solo analizo lo que está a simple vista y por eso generalmente pierdo, en lugar de intentar, por lo menos “ver” cuatro o cinco movimientos posible, y que eso hay que hacer cuando se analiza lo que ocurre en la comunidad. Puede que tenga razón.
Estimados e iluminados lectores les aviso que sobre los “juicios” no puse una sola palabra pues hay detalles de procedimientos judiciales que desconozco, y que trataré de conocerlos para nuestra próxima comunicación.
Por último mi homenaje, y el de la Roiter, a las víctimas, a sus familiares y a los sobrevivientes del atentado terrorista que destruyó el edificio de la Embajada del Estado de Israel hace 28 años, y lamentar que debido a la pandemia no se pudieran realizar los tradicionales actos en Arroyo y Suipacha.

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