Habiendo culminado las Elecciones Nacionales comenzó la carrera por las Elecciones de la AMIA, que serán en abril del 2020, Revista La Luz entrevistó a Guillermo Borger, quien fuera el presidente de la mutual (2008-2013,la cadencia más larga de la institución)a fin de conocer su opinión sobre la futura conducción de la AMIA.
Durante los cinco años de gestión, Borger se caracterizo por mantener una importante relación con todas las institiciones comunitarias haciendo especial hincapie en las Escuelas Judías.

¿Por qué apoyó la existencia de FEJA (Federación de Escuelas Judías Argentinas)?

Dentro de mi personalidad y por querer a la comunidad judía siempre entendí que en cualquier institución, lo fundamental para la continuidad, que es lo ideal para cualquier cosa que tenga éxito, es la Educación Judía. Cuando empiezan los inicios de FEJA, por distintos motivos, algunas escuelas rechazaban de pertenecer al Vaad Hajinuj. Entonces durante mi gestión en la AMIA hice un relevamiento de inquietudes a las instituciones educativas judías; el factor común era que faltaba una unión entre todos los establecimientos educativos. Invitamos a los directivos de las instituciones a la mesa de AMIA. La idea era que nadie tenía que convencer a nadie de su camino, sino buscar juntos puntos en común, con el disenso lógico, necesario y positivo. Hacer alianzas. Todo lo que es alianza es algo bueno, para cualquier gestión a nivel gobierno. Por otra parte, estamos en un momento que hace falta, cada vez más, digitalizar la red de escuelas: no es lo mismo que una escuela compre 10 computadores a que 40 compren 200, hasta a nivel económico era muy positivo buscar puntos en común.Actualmente, la mesa de trabajo de FEJA reúne al 95% de todas las escuelas del país, inclusive, una escuela que estaba bastante alejada como ORT.

¿ A qué desafíos se refiere con respecto a la digitalización?
Creo que ya no es un desafío es una realidad. Es el único futuro. Hoy no podemos hablar en otro idioma, son las herramientas que se utilizan. Hay una generación mayor son dirigentes, directivos de las escuelas que por ahí no disponen o no conocen el manejo de estas nuevas herramientas. Tenemos que incorporar profesionales y jóvenes que sepan. Estas herramientas potencian fuertemente todo lo que es el trabajo comunitario- sin lugar a dudas- todo lo que es la Red Escolar. Otro desafío que hoy está llevando adelante FEJA es buscar que todos los chicos que no están en las escuelas judías lo esten. Todo esto se puede conseguir con la digitalización de los padrones; encuestas, preguntas a los padres y a los alumnos de la Red Escolar Judía. Procesarlo y buscar puntos en común es el resultado de un estudio serio, dinámico y de pronta respuesta a través de un correcto trabajo con herramientas digitales.

Habló de alianzas y puntos en comun durante su período como presidente de AMIA. Desde su experiencia ¿Cómo está la comunidad hoy?

Entiendo que la comunidad está muy bien. Siempre el trabajo de AMIA fue muy solidario, eso es un punto sumamente positivo, siempre fue una muestra la ayuda al más desposeído. Se pueden agregar ideas nuevas. La institución como tal es muy respetada en el mundo y en el país, también. El atentado hace 25 años marcó un antes y un después de la comunidad. Hace 25 años no había que convocar anualmente a miles de personas para hacer un acto, el famoso y lamentable 18 de Julio, esto generó una nueva actividad y una nueva gestión. En este sentido no hay que bajar los brazos. Por otro lado, la Red de Empleo se incorporó en la crisis del año 2000 y está creciendo enormemente desde ese momento hasta hoy. La AMIA entendió que es una herramienta fundamental para la sociedad Argentina. El Vaad Hajinuj está muy bien con su nuevo director (Ariel Cohen Imach), un gran profesional que está llevando correctamente su tarea. Así que insistió, la comunidad está muy bien, pero hace falta hacer un seguimiento constante. A mí me gustaría hacerme cargo de la nueva presidencia de AMIA y una de las acciones, que hice en su momento y, lo haría nuevamente, es visitar las instituciones judías de todo el país.

Un tema que se plantea cada tanto es sí las instituciones debieran estar conducidas por profesionales rentados o por dirigentes voluntarios, ¿qué opinión le merece?

Seguro que hacen faltas profesionales, pero no solamente profesionales. Una de las cosas más destacadas y destacables de la comunidad judía argentina es el de los askanim (voluntarios). Por supuesto que a un dirigente voluntario, no se le puede pretender que de gran cantidad de tiempo porque lo tiene que dividir para su familia, educación y trabajo.

¿Usted pensó y se preparó para ser presidente de AMIA?

Jamás…

Acá hay una realidad, desde que usted dejó la presidencia de la AMIA se incremento la división interna, que muchos denominan “grieta” ¿Cómo se logra unir esa “grieta”?

Yo no comparto el término de que hay grieta en la comunidad. Estamos hablando de la AMIA. Para mí estamos unidos, somos todos judíos, hay más observantes y menos observantes. Ni siquiera los califico de religiosos y no religiosos. Para mi religiosos somos todos, tenemos voluntades similares y, nuevamente, la AMIA funciona, es una gestión permanente: es solidaria, da trabajo y no mira si tiene kipá o no. Busca de saciar las necesidades en la gente que tiene falencias, los chicos y padres que necesitan educación. Todos saben que la AMIA es gestión, es continuidad. Hay factores ideológicos que se quieren unir para desplazar a otros. Serán estrategias políticas, la verdad que no comparto ese criterio. Yo quiero estar como askan de corazón porque quiero a la comunidad, con mi kipá puesta iré a escuchar a cada uno para encontrar puntos de acercamiento. Israel es una prioridad en todo sentido, no voy a permitir que nadie me hable en contra de Israel porque es nuestro norte. Vamos a poder trabajar juntos, con una lista o varias listas, eso no me importa demasiado. Si llegamos felizmente a las Elecciones será un encuentro democrático y lo decidirán los votantes. Lo que tengo claro es nadie me va a educar, ni yo voy a educar a nadie a esta altura del partido, pero sí potenciar el trabajo por una comunidad que necesita de askanim y profesionales. La única forma es no rechazar a nadie, no apartarse de nadie. Buscar la “buena onda” en todo, como dicen los chicos hoy.

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