Gabriel Gorenstein (47), luego de haber sido miembro del movimiento juvenil sionista Betar que desemboca en la actualidad como presidente del Likud Argentina y miembro del Presidium del Vaad Hapoel. Actualmente por su responsabilidad en la AMIA trabaja en varias áreas.
Revista La Luz lo entrevista para que nos hable de sus inicios en el voluntariado y hace referencia a su candidatura para presidir la Organización Sionista Argentina (OSA).

– ¿Cómo surgió tu interés por querer ser voluntario en la comunidad?

– De adolescente en Betar, ahí conocí a las personas del movimiento, por que nuestra mazkirut (secretaria) estaba en el mismo lugar que la de Jerut, en la calle Larrea y empece a tener ciertos vínculos. En 1991 se unió el Movimiento Sionista Liberal y Jerut y yo estaba haciendo un voluntariado con un grupo de universitarios de Betar. La gente del Likud Mundial, en ese momento lo encabezaba Danny Danon, como el movimiento estaba dividido por diversas causas me planteó abiertamente sino teníamos un grupo de mi generación para poder hablar con todos los que estaban involucrados y hacer un movimiento fuerte. En el año 2004/2005 generamos una nueva comisión directiva joven con el apoyo de los batikim (experimentados). Recuerdo que en ese momento, quienes estaban en la OSA presidida por Manuel Junowicz (Z´L) nos abrió las puertas para poder trabajar.

– ¿Qué sentís que aprendiste del movimiento juvenil sionista a lo que sos hoy?


– Primero que si uno no trabaja en equipo, no hay trabajo que valga, y que si no logra después de algunos años formar a alguien para que pueda seguir el camino, por más medallas que uno se cuelgue, no alcanza. Caer en el error de la dirigencia eterna me parece que no está bueno. Esto no quiere decir que los que son mayores se tienen que ir, tienen que seguir acompañando, pero hay cuestiones que vienen con los nuevos tiempos y hay que poder adaptarse para que no sea solo discursivo. En la última cadencia de la AMIA se dio una cuestión de diferencia de edades, pero históricamente siempre me ha pasado que no importaba la edad que tenga era el más joven de la mesa. Hoy tengo claro, hace 15 o 20 años atrás no lo tenía, que siempre hay muchas cosas por hacer.

¿Hoy hay nuevas personas que estén interesados en el voluntariado?

– 100 por ciento, tal vez por una cuestión de la pandemia, hubo muchos voluntarios para lo que es tzedaká (ayuda social), pero también se empieza a ver en otros lugares. Me reuní con un grupo de jóvenes para diferentes áreas y todos te dicen: “Yo no me puedo comprometer a reunirme 3 veces por semana, pero decime que proyecto puedo llevar adelante y para eso estoy”. Que todos entedamos que nadie va a venir acá a dar el 100% de su tiempo, podemos hacer que la suma de cada individualidad nos de algo muy grande.Pero insisto tiene que ser recíproco.

– Como Secretario Vaad Hakeilot ¿Cuál es tu tarea?


– Con Elihau Hamra hace 2 años comenzamos en el Vaad Hakeilot proponiéndonos de cambiar un paradigma: “Acá viene la gente de Buenos Aires y nos trae está actividad”. Nosotros queríamos preguntarles a ellos: “¿ustedes qué necesitan?”. Teníamos el temor que nos digan: “plata para tal actividad”. No fue la respuesta automática, la más generalizada tuvo que ver con actividades, con cuestiones culturales, apoyar a los marcos educativos, a los colegios del interior, con capacitaciones, etc; durante el recorrido nos fuimos encontrando con muchas cuestiones a mejorar y comenzó a trabajar en el Vaad Hakeilot Tamara Jatemliansky, ella conocía las necesidades de las comunidades judías del interior por que había trabajado en Cultura Federal. Además tenía muy buen feeling con la gente. Nos reunimos regularmente una vez por semana con el staff del Vaad Hakeilot y con los voluntarios de cada kehilá. y nos vamos enterando cuál es la realidad en primera persona: lo difícil que es trabajar para desarrollar el judaísmo/sionismo en las diferentes kehilot excepto a las grandes comunidades como Córdoba, Tucumán o San Juan.

– ¿Cuáles son los proyectos para el 2021 en el Vaad Hakeilot?


– Uno de los proyectos que surgió en las reuniones con los presidentes de las kehilot más grandes, que se va a re-lanzar el año que viene, está relacionado a la juventud de cada kehilá. En marzo de este año tuvimos una gran frustración por que tuvimos que suspender el “Encuentro Nodo” por la pandemia. Ahora aprovechando la virtualidad mas de 40 kehilot van a participar y convocar a un Januca Federal, eso es algo que no existía.

También sos secretario del área del Servicio de Empleo de AMIA…


– El área de Empleo se divide en dos grandes aspectos: el primero es la bolsa de empleo que está relacionada, ya no a la búsqueda laboral, sino a la capacitación y formación de las personas para que adquieran diferentes herramientas en conjunto con otros ministerios. Por otro lado está el Programa Valor relacionado con la responsabilidad social empresaria que se ha transformado en una “bandera” para la AMIA y para toda la comunidad. Por está actividad, hoy somos parte de organismos internacionales y muy bien ponderados por la sociedad civil lo que es un orgullo para la comunidad.

– Fuiste candidato a la presidencia de la Organzación Sionista Argentina ¿qué te decidió serlo?

– Desde el año pasado comenzamos un proceso en el Movimiento Sionista para la elección de los delegados del Congreso Sionista Mundial y a partir de eso fueron surgiendo algunas cuestiones de mi vinculación con la OSA que , con las herramientas que había adquirido, tenía que ponerlas al servicio de la institución. Durante ese proceso se hizo un trabajo en muy interesante en muchos aspectos, que hay que profundizar. El otro gran desafío es tener a todo el mundo sentado en la mesa: no puede ser que hoy nos cueste acordar entre movimientos y o personas, o para decidir qué modelo de liderazgo vamos a trabajar. El no poder hacerlo es Esolo que tenemos intentar corregir. El Estatuto de la OSA ha tenido muchas reformas y enmiendas; hay que tener uno que este acorde a los tiempos actuales.

– La falta de consenso que se está dando actualmente en la OSA ¿es el fin de una etapa o el principio de una nueva?


– Creo que es el principio de una nueva etapa, por ejemplo: este año me quedo un sabor amargo por que que al menos que yo sepa no hubo proyectos de Argentina que los delegados hayamos propuesto al Congreso Sionista Mundial. Por eso creo que el modelo que emprendimos de las dos listas, que se presentaron, no funciono. De que manera encontramos para que sí pueda ver un cambio que es necesario y que no hubiera comenzado a dar sino fuese por la pandemia. Sin la presión de una fecha de Asamblea, como era hasta hace un par de semanas, me parece que es el momento de decir: “Sentémonos como buenos yehudim y pongámonos a trabajar en pos de la organización”.

– Por último, Mario Sobol en una entrevista a un colega aseguró que no vería mal que se haya una elección y que las personas voten…¿que opinas?


– No hay nada más democrático que una elección. Como premisa básica me parece que es bárbara. La única objeción que haría es la situación particular que estamos viviendo; si por la pandemia o el motivo que fuese de la pandemia, no se puede realizar una elección hasta dentro de un plazo demasiado largo, la situación no es justo con los movimientos que no integramos hoy la OSA: como es el caso de Likud, Misrají, Shas y Jerut. Tampoco es justo con las actuales autoridades. Sergio Pikholtz ha dicho en varios medios que su intención es terminar su segundo mandato. En este momento, lamentablemente, tal vez haya que encontrar otra forma de dirimir la elección por la imposibilidad material de realizarla. No podemos seguir en una indefinición eterna

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