Finalizó el 2019 con cambios en el país que afectan de una manera u otra a todos los que vivimos en la Argentina, por lo tanto es lógico que también afecten a las instituciones de la comunidad judía.

Cómo influirán es algo que no me es posible anticipar, pues soy un simple jubilado de Abasto que sólo puede vaticinar que caerá derrotado en 8 de cada 10 partidas de ajedrez que juegue.

Sin duda, los cambios también se harán sentir en la AMIA, una institución que superó los 125 años, que surgiendo como la Jevrá Kedusha Ashkenazí se convirtió en uno de los centros neurálgicos de la comunidad judía institucionalizada.

El interrogante que me genera cierta inquietud es si los cambios, tendrán que ver con el resultado de la elección en la que deberían participar los socios de la AMIA el próximo domingo 5 de abril, o de otros factores.

Una cosa es que una vez concluido el acto electoral y conocido el resultado se sepa quién es el próximo presidente de la AMIA, y otra si, como viene sucediendo desde el 2008 hasta la última elección, hay que esperar a que sesione la Asamblea Electora o en su defecto unos días antes quien ocupara el máximo cargo electivo.

Pero antes de continuar, es necesario que explique algo, pues como en el juego ciencia, se utilizan conceptos que sólo los entendidos conocen. Por ejemplo, somos muchos los que sabemos quien fue Miguel Nafdorf, algunos menos, que es la “defensa siciliana”, pero cuantos de quienes no son idóneos en el manejo de los trebejos conocen “la variante Najdorf de la defensa siciliana”.

Qué tiene que ver “la variante Najdorf de la defensa siciliana” con la elección de las autoridades de la AMIA, nada, excepto que me pareció un buen ejemplo para explicar que la elección del presidente de la AMIA no es algo simple, tiene una serie de requisitos que quizás NO CONOCEN muchos de los propios socios de la mutual.

El primero, que los únicos que pueden votar son los asociados de la AMIA mayores de 18 años, con un mínimo de un año de antigüedad y la cuota social paga al 31 de diciembre del año anterior a la fecha de la elección.

Otro dato importante es que lo que se eligen son 90 representantes de asociados titulares y 24 suplentes, los que conforman la Asamblea de la mutual, conocido popularmente como RAT. Los 90 representantes titulares se distribuyen proporcionalmente entre las listas que participan de la elección en relación a la cantidad de votos que cada una obtiene.

Luego de un período de varias semanas la Comisión Directiva convoca a los representantes de socios electos a conformar la Asamblea Electoral, que es la que designa entre sus miembros a quienes integraran la Comisión Directiva y a los revisores de cuentas.

Por lo tanto el 5 de abril a la noche lo que sabremos es, que cantidad de representantes de asociados tiene cada una de las listas y a partir de ese momento, comenzaran las tratativas para integrar la nueva Comisión Directiva.

Aclarado estos ítems, volvamos al interrogante original, partiendo de la base que cambios habrá.

Por el momento, siempre puede surgir algo nuevo o novedoso, las posibles listas electorales son tres, el “Bloque Unido Religioso – BUR”, originado hace más de una década por la unión de los factores políticos internos observantes de las mitzvot; “Una AMIA” integrada por factores que en el pasado participaron en la política interna de la AMIA, que ya han designado a Alejandro Klavniev como su candidato a presidente; y “Somos AMIA”, conformada por factores que al igual que los de “Una AMIA” participan de la vida política interna, pero que están integrados a la actual Comisión Directiva.

Sin entrar en grandes análisis podemos decir que a simple vista estas tres posibles listas electorales están ubicados de la siguiente manera: el “BUR” es el oficialismo; “Una AMIA” sería la oposición al modelo conductivo del BUR, integrado por factores observantes liberales de las mitzvot y otros sionistas; y “Somos AMIA” los factores sionistas pragmáticos que trabajan en la conducción de la AMIA junto al BUR.

A menos de tres meses del domingo 5 de abril, este jubilado del Abasto quiere trasmitirles a sus iluminados lectores que históricamente, en más de una oportunidad, referentes de factores enfrentados durante la campaña electoral llegaron a un acuerdo efectuando un gambito político. Aclaro, en ajedrez se llama gambito a un tipo de apertura donde se sacrifica una pieza (normalmente un peón) para conseguir una ventaja.

No es mi intención ingresar en el tema de las propuestas que cada agrupación realiza, eso lo dejo para futuras comunicaciones, ni tampoco en las declaraciones periodísticas del candidato de “Una AMIA”, del máximo referente del “BUR” ni de los líderes de “Somos AMIA”, pero si comentar sin profundizar que don Ariel, el presidente de la AMIA, está trascendiendo en los medios y que lo hace bien.

Antes de concluir esta primera colaboración del 2020 tengo que reconocer que en los últimos meses del año gregoriano, que acabamos de culminar, se produjeron situaciones que me han generado sensaciones desagradables por las cuales había decidido volver a dedicarme al ajedrez y dejar de ocuparme de lo que ocurre en la comunidad.

Les daré un ejemplo, el domingo 1º de diciembre, por motivos personales concurrí al cementerio de Tablada, dejando piedritas tanto en la parte vieja como la nueva, y he aquí que cuando me iba, vi que alguien estaba hablando frente al monumento que recuerda a los judíos argentinos caídos en defensa del Estado de Israel, era el presidente de la AMIA, así que me acerqué a escuchar, y luego lo hizo el Gran Rabino Ashkenazí del Estado de Israel, David Baruch Lau, quien había decidido rendir un homenaje a las víctimas fatales de los atentados terroristas contra la AMIA y la embajada de Israel, durante la visita que realizaba a nuestra comunidad.

La verdad es que sentí vergüenza, pues fuera del presidente de AMIA sólo estaban dos directivos de la AMIA y algunos pocos, muy pocos, azkanim, y mientras volvía al Abasto me pregunté cómo es posible que no acompañemos a uno de los Grandes Rabinos del Estado de Israel cuando le rinde homenaje a las víctimas de los atentados terroristas que hemos sufrido en Buenos Aires.

Pero evidentemente como no puedo dejar de jugar ajedrez, y perder, tampoco consigo desentenderme de lo que ocurre en la comunidad, lo que sí les puedo asegurar que lo mío no fue un gambito.

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