pipaOsé Shalom Bimromav (Él que hace la paz en las alturas):

¿La grieta que existe que no se agrande?

Por motivos ajenos a mis hábitos, hace unos días tuve que encontrarme, a media tarde, con un conocido en Villa Crespo, más precisamente en “Imperio”, en lo que para mí todavía es la pizzería de Caning y Corrientes.

Mientras esperaba, el conocido llegó casi una hora después de lo convenido, me dedique a leer el un par de notas de la prensa comunitaria que mi nieto me había impreso – leer en la pantalla del celular me es casi imposible – sobre las elecciones en Israel, la remodelación de Loyola y la conmemoración del cuarto aniversario de la muerte del fiscal Alberto Nizman z’l, en especial sobre el acto de la inauguración del monumento organizado por el KaKaL (Kerem Keyemet Leisrael) en uno de sus bosques con la presencia de su madre, la señora Sara Garfunkel, y la participación de los presidentes de la AMIA y la DAIA (aclaro, para que no interpreten incorrectamente esta elucubración, que las nombro en estricto orden alfabético).

Concluida la lectura de ese material pasé a leer una nota que me asombró de un diario deportivo que estaba sobre la mesa. La misma decía que en un club de futbol hubo elecciones y había ganado la presidencia un señor, me imagino dirigente, a quien el órgano de control le prohibió que concurra a ver los partidos por estar relacionado con la barra brava de Boca Juniors.

No bien llegó mi conocido, al que llamaré Z, pidió un café con crema, yo ya iba por el cuarto bien shajor (negro), y antes de disculparse por la demora, miro el impreso de la nota de la conmemoración del fallecimiento del fiscal, y la cara se le trasformó pero no me dijo nada. Yo deduje que Z debía ser uno de los judíos que creen que el fiscal se suicido.

Luego de preguntarme por mi la familia, como si Z la conociera y le importara, me explicó que había pedido reunirse conmigo pues necesitaba que le hiciera un favor.
Lo que me solicitó no me era difícil conseguirlo, así que le dije que no se preocupara y de inmediato llamé a un funcionario “amigo” de FACCMA y le pedí que le gestionara a Z una entrevista con la presidente, una tipa fenomenal doña Mónica. El funcionario me pidió que esperara unos minutos y me dijo cuando la señora Sucari lo recibiría. Evidentemente mis años como dirigente sociodeportivo todavía valían para algo.

Z me agradeció la gestión y llamó al mozo para pagar la consumición. No lo dejé, yo había tomado cuatro cafés y él uno solo, pero le pedí que me explicara por qué creía que Nisman se había suicidado y no que lo hubieran asesinado. Durante más de media hora hablo sin parar, y la verdad que lo único que me quedó en claro es que mucho no sabía sobre la actuación de Nisman y como desde que el gobierno de Macri (a quien votó) implementó las medidas económicas que todos conocemos, y la gran mayoría padecemos, le está yendo muy mal acuerda con todos los que lo critican, y entre ellos están los que sostienen que Nizman z’l se suicido.

Aclaro que por decisión propia tomada hace más de cinco décadas no discuto sobre tres temas: fe religiosa, considero que se tiene fe o no se tiene fe; futbol, que en última instancia todos somos gallina o bostero; de política nacional, todos somos oficialista u oposito según como a uno le va. Y que en estos tres temas, como en muchos otros controvertidos siempre están los que “ni fu ni fa”.
Como soy uno de esos, desde hace unos años me dedico solamente a la política comunitaria, y como viejo carpintero ajedrecista siempre me complace más un empate que perder y ser el ganador moral.

Es por eso que me parece incomprensible que el presidente de un club de futbol no pueda ir a ver los partidos que juega el equipo de la institución que preside, es como si a los presidentes de las instituciones centrales comunitarias le prohibieran hablar en el acto central que le corresponde: al de la DAIA en el Iom Hashoá Vehagbura, al de la OSA en el de Iom Haatzmaut, y al de la AMIA, en el del central del atentado a la AMIA. (los nombro en estricto orden cronológico).

Es por eso que creo que el KaKal organizó muy bien el acto para conmemorar el cuarto aniversario de la muerte del fiscal Alberto Nisman, donde Jorge Knoblovits y Agustín Zbar (vuelvo aclarar los nombro por estricto orden alfabético) presidentes de DAIA y AMIA respectivamente brindaron sus discursos al igual que el presidente de la Knesset, Yudi Edelstein;, el presidente del KaKal, Danny Attar y del vicepresidente del KaKal, Hernán Feldman, un amigo que me imagino fue el que tuvo la idea y la concretó.

Que la muerte del fiscal Nisman z’l, como anteriormente el Memorándum con la República Islámica de Irán dividen a los miembros de la comunidad no es algo que este elucubrador desconoce, y es lógico que así sea, porque unos interpretan los hechos de una manera y otros en forma completamente opuesta.
Que las conducciones de la AMIA y de la DAIA tengan posturas distintas sobre temas que les incumben a ambas instituciones es lógico pues provienen de sectores distintos de la comunidad, pero de de ahí que esas diferencias se conviertan en una “grieta” que perjudique a toda la comunidad judía organizada, eses algo que las máximas dirigencias comunitarias no lo deberían permitir cuando en todo el mundo la judeofovía vuelve a mostrar su accionar y todo indica que continuará desarrollándose: tanto el antisemitismo clásico, o su nueva forma denominada antisionismo, o mediante el movimiento BDS (boicot, desinversión y sanciones a Israel) y finalmente los intentos de deslegitimación del derecho a la existencia del Estado de Israel.

Pero los dirigentes son humanos, y como tales pueden equivocarse y estar enfrentados, y no son pocos los que afirman que la “grieta ya existe. Es por eso que este frustrado jugador de ajedrez, y simple ex dirigente sociodeportivo desea que ante la coincidencia de estar en Eretz Israel los actuales presidentes de AMIA y DAIA, y su participaron en el acto organizado por el KaKal, la “grieta” que existe por lo menos no se agrande.

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