La Luz entrevistó, en exclusiva, al cineasta argentino israelí Jorge Gurvich (1957) al finalizar inauguración de la 17ª edición del Festival Internacional de Cine Judío en la Argentina – FICJA, en la que se proyectó una de sus máximas creaciones “Regreso a Maracaná – (Back tu Maracaná)”.

-Jorge “Regreso a Maracaná” ¿Resume tu filmografía?

-Hice unas cien películas, 80 como director de fotografía y el resto como director. El guion de esta película participó de un concurso y de los 88 guiones presentados sólo esta recibió el apoyo económico, y cuando fui a la reunión en la que la presenté dije ‘está película resume toda mi vida personal y toda mi vida profesional’

-Al presentar la película afirmaste que: “El futbol te salvó la vida” (Jorge Gurvich nació y vivió en Córdoba hasta que concretó su aliá en 1978) y dijiste también que tu identidad es latinoamericana, ¿podes explicarlo?

-Es lo que yo siento, ser un judío latinoamericano. Estuve en un mundial y me llevé muy bien con todos los hinchas, los de otros países. Yo no quiero pertenecer a ningún país, quiero pertenecer a la identidad judía, con los valores humanísticos judíos, que es mucho más importante que lo que puede ser un país, ya sea Estados Unidos, Israel o Argentina, donde hay luchas de poder, y mi dolor con Israel es que pasó a ser un país más. Cuando fui a vivir a Israel era un país distinto, no mejor sino distinto a otros países y con el tiempo pasó a ser como todos los países, un país más.

Aclaramos que Jorge Gurvich explicó que el “futbol le salvó la vida”, porque mientras otros jóvenes participaban en los años ‘70 en actividades políticas y sociales en su Córdoba natal, muchos de los cuales forman parte de los miles de personas desaparecidas, él se dedicaba a jugar a la pelota muchas horas por día.

-Sos un pacifista. Con que personaje de «Back tu Maracaná» te sentís identificado

-Soy un pacifista, pero no hablemos de eso. En principio como cineasta, como narrador, uno tiene que identificarse con todos los personajes, ponerse en el lugar de ellos, por ejemplo, entender la pasión del abuelo, las películas tienen vida, uno solamente las hace y hay que saber escuchar a la obra de uno mismo y darle lugar a que la película se exprese.

-¿Cuál tu visión a futuro de tu filmografía?

-Primero, si llegó a hacer la mitad o la tercera parte de mis proyectos tendría que vivir hasta los 240 años y no a los 120. Pensando en cine es concretar varios proyectos más, uno es una comedia judía argentino israelí, una serie de televisión que transcurre en Bariloche, son proyectos que ya están escritos; otro proyecto es una película no política sobre la historia del pueblo palestino, con un amigo y socio palestino, porque a mi criterio todas las historias de liberación de los pueblos son parecidas. Me gustaría seguir haciendo películas en las que yo decido y elijo que hacer y no porque alguien lo decida o por el salario, que también necesito. Estoy divorciado desde hace 15 años y necesito ganarme la vida, por lo que enseño cine desde hace 35 años. Cuando uno se divorcia en Israel, y creo que también en otros países, uno pierde estabilidad económica y gana libertad en todo sentido, mi paternidad cambió, mi vida amorosa cambió, también mis películas. El cine es la mejor profesión del mundo.

Foto de portada: Facebook de Jorge Gurvich.

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