
El 13 de marzo de 1931 Don David Elnecave Z´L fundó Revista La Luz habiéndose cumplido el 91 aniversario de la fundación compartimos con nuestros lectores una profunda reflexión.
Y dijo D’s: Sea la luz y fue la luz (Génesis 1,3)
La primera palabra que pronunció el Verbo, al crear el mundo, fue LUZ. Ello tiene un significado especial. Para disipar el caos y el desorden, debía aparecer la luz, que lucharía tenazmente contra la oscuridad material y contra las tinieblas morales hasta alcanzar el triunfo.
La palabra LUZ esta repetida cinco veces en los primeros versículos del primer capítulo del Génesis. Ellos revela el estado del alma del autor, su secreta aspiración y sus sentimientos íntimos: su alma ansía la luz tanto en su sentido físico como espiritual.
La Luz es un símbolo permanente en la vida religiosa de Israel. Es, por así decirlo, un faro alegórico que proyecta a través de los siglos su luz brillante sobre la comunidad, iluminándola en el sendero oscuro de la vida estimulándola a luchar contra las tinieblas y los errores. Porque allí donde brilla la luz, los prejuicios y el desorden desaparecen.
Estas reflexiones fueron escritas por Don David Elnecave Z`L, fundador de Revista La Luz en su libro “El Buen Pastor” (pág. 23 Ediciones Moledet 1951).
Expresan en su más amplio sentido el significado de la “LUZ” para el pueblo judío, motivo por el cual tituló a su publicación “LA LUZ” desde su fundación el 13 de marzo de 1931.
Don David Elnecave Z’L, sionista ferviente, volcó en estas páginas todo su amor y pasión por Sión y por sus hermanos en la diáspora. Proyectándose en el tiempo los ideales de su fundador, su hijo Nissim Elnecave Z’L siguió llenando las columnas de nuestra publicación, informando a sus lectores de todo el acontecer del mundo judío, en lo político, económico, cultural y social. Años después, tomo la dirección el Dr. David Elnecavé Z’L, quien continuó con la tarea de sus mayores, dirigiendo una publicación democrática y abierta a todo el quehacer comunitario y de apoyo al Estado de Israel, llevando en alto los más nobles principios éticos y morales de nuestro judaísmo.
Los que aquí, hoy continuamos, si en alguna mínima medida, a través de nuestra labor periodística, a través de 91 años, hemos podido cumplir con las nobles aspiraciones de nuestro fundador, nos sentimos estimulados para seguir y agregar, poco a poco, otro año de iluminación.