17 de marzo 1992 – 17 de marzo 2022: 30 años sin justiciaCon la transcripción del discurso pronunciado por el sobreviviente del atentado, embajador Danny Carmón, al conmemorarse el 20º aniversario del luctuoso suceso, Revista La Luz inicia su homenaje a las víctimas del atentado que destruyó el edificio de la Embajada de Israel en Buenos Aires, el 17 de marzo de 1992, transcribiendo el discurso pronunciado por el embajador Danny Carmon, el 16 de marzo de 2012, en el acto conmemorativo del 20º aniversario.
Danny Carmon se desempeñaba como cónsul, habiendo fallecido su esposa, que también cumplía funciones en la representación diplomática israelí, y que al momento de pronunciar el discurso que transcribimos se desempeñaba como, vicedirector general de la Cancillería del Estado de Israel y director de Mashav
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Señoras y señores;
De pie, ante ustedes, vuelvo a Buenos Aires, a esta ciudad y a esta plaza, en nombre de una cuádruple situación:

Soy familiar de una víctima inmolada en la tarde del 17 de marzo de 1992. Eliora, conocida por todos como Eli, fue mi esposa, mi amiga y la madre de nuestros cinco hijos. Quedó enterrada aquí, bajo los escombros, en aquel día de horror;

Soy sobreviviente porque padecí, en primera persona, el brutal atentado y, también, fui herido.

Fui diplomático activo y orgulloso en esta embajada. Pasado el mes de duelo, volví a Buenos Aires, junto a mis hijos, a nuestra casa, a nuestras supuestas rutinas, obligaciones, tareas profesionales, a la escuela, a los amigos… Y, con convicción, regresé con una única misión: recuperar y reconstruir la embajada y a sus miembros.

Y, hoy, soy diplomático, activo y orgulloso al Servicio del Estado de Israel y, en ese carácter, me tocó convivir, en los últimos años, en naciones unidas, con representantes de gobiernos y países para los cuales el terrorismo forma parte de la normalidad de sus políticas y acciones.
En lo personal no pueden, siquiera, imaginarse lo que “nos” significa para Ariel, Maya, Ofer, Ruti, Ayala – a mi actual esposa, Ditza y mi sexta hija, Emma – y a mí mismo, el encuentro con la gente, en el lugar en que estuvo el edificio de la Embajada… Hacia allá viaja nuestra memoria, en una suerte de búsqueda del tiempo perdido, en esta ciudad a la que nunca dejaremos de amar.
Gracias a todos por estar aquí en lo que es, para nosotros, una demostración de solidaridad, amor, fraternidad y esperanza.

Queridos amigos,
Señoras y Señores:
Llego hasta acá, junto a mi familia, reclamando nuestros derechos, y sabiendo nuestros deberes:
Tenemos derecho a la justicia,
Tenemos el deber de recordar,
Tenemos la necesidad de recibir respuestas y reparación (aún sobre aquello que es irreparable)
Tenemos la obligación de mantener los “lazos de sangre” que nos unen a todas las víctimas, sobrevivientes, heridos y afectados.
Abrimos los ojos y despertamos al mundo, a la sociedad y a cada uno de nosotros, para hacerles saber que la prevención de cualquier atentado tiene que ver, en primer lugar, no con el temor a los terroristas, sino en luchar contra ellos, de modo permanente.
Tenemos el deber de volver a tener la Embajada de Israel en la República Argentina en un edificio propio, “la Casa de Israel”,como la inaugurada por el primer Embajador que se instaló en Arroyo 910 (novecientos diez) en 1950 (mil novecientos cincuenta) y tal como fue hasta el 17 de marzo 1992 (mil novecientos noventa y dos). la declaración del canciller israelí, al respecto, hace pocos días, es sumamente importante.
Y, en especial tenemos el derecho a que ningún atentado vuelva a repetirse.
Estamos aquí para recordar a los fallecidos, a sus familias y abrazar a los heridos que viven con las secuelas de la tragedia en el cuerpo y el alma y que luchan con sus consecuencias, día por día; a los afectados y aquellos que tienen sus nombres, aunque no los hayamos conocido personalmente.
Como dije, soy sobreviviente y familiar de una víctima, Eliora Carmon y, en esa suma, mis hijos y yo fuimos colocados en una situación límite, entre la vida y la muerte… Nuestras vidas ya no fueron como la que habíamos conocido.
Fue la muerte de vínculos afectivos,
Fue la muerte de colegas y amigos,
Fue la muerte de planes, proyectos y sueños simples como ver crecer a nuestros hijos, envejecer junto a la mujer elegida, acompañar a nuestros nietos…
¡Todo un mundo nos fue quitado, en un instante, de una vez y para siempre!
No pueden imaginarse lo qué significa enfrentar lo cotidiano; desde la simpleza de una tarea escolar hasta la planificación de un cumpleaños cuando falta la madre;
No pueden siquiera imaginarse de qué se trata tener una hija, la menor, mi querida Ayala, que nunca supo qué significaba llamar a alguien “mamá”. Nadie puede reparar esa ausencia. Mejor aún: esas ausencias.

Y, luego, debimos re – construirnos, tomando la decisión – que en mi caso no fue difícil – de continuar personal y profesionalmente donde había decidido que sería mi presente y por-venir.
Y, en esa tarea, hicimos frente a nuestros propios interrogantes, algunos imposibles de contestar, aún veinte años después;
Nos preguntamos si se hizo lo suficiente para prevenir el horror y si cada uno no somos sino un recordatorio de lo que pasó y de lo que puede suceder, en cualquier instante , en cualquier lugar…

Señoras y señores;
Pasaron veinte años desde aquella calurosa tarde del 17 (diez y siete) de marzo de 1992 (mil novecientos noventa y dos). Y, como individuos y sociedad, aprendimos que ningún ataque terrorista puede justificarse.
Aprendimos que el terrorismo deja sus marcas, públicas y personales, en la sociedad y en los afectados, aún sabiendo que los líderes de esas bandas terroristas no logran, ni lograrán sus objetivos.

Señoras, Señores,
Amigos,
Hermanos; sabemos que Irán es responsable de lo acontecido aquí, hace veinte años y después. Irán es responsable directo, y a través de uno de sus brazos armados, Hezbollah, por lo que nos pasó aquí. Irán es un país gobernado por un régimen donde la democracia, el estado de derecho, la libertad de expresión y la libertad de religión no son principios universales que deben cuidarse, sino que son vulnerados.

Irán es un país gobernado por dirigentes que niegan el Holocausto declarando la necesidad de terminar con el Estado judío, mientras desarrollan su capacidad para poder hacerlo.
Iran señoras y señores, está apoyando al gobierno sirio…debemos decir mas?!
¿Cuántos ” despertadores ” deberán escuchar los gobiernos del mundo para entender el peligro que significa ese régimen? Irán es, sin duda, una amenaza para el mundo entero, amenaza que necesita una respuesta global inmediata.

Señoras y señores.
Queridos amigos
Pasaron veinte años. Estamos más maduros. La vida continúa. Nuestros hijos crecieron. Hay nietos que no llegaron a conocer a sus abuelos… Hay nuevas generaciones para las cuales el delito cometido contra la Embajada de Israel en Buenos Aires significa poco. Para nosotros, el atentado está siempre “con” y “en” nosotros

seguimos extrañando tanto a nuestros seres queridos, a nuestros colegas, amigos y vecinos cuyo único error fue no estar en el lugar adecuado en el momento adecuado.
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Veinte años después, esta “plaza seca” debe ser un espacio de Justicia.
veinte anos después recordamos a las victimas, heridos y afectados y nos comprometemos a hacer todo lo posible para que no repita, nunca mas, en ningún lugar de la tierra.
Muchas gracias.

Fuente: Itón Gadol.

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