
Estimados iluminados lectores, desde hace varias semanas que no me comunico con ustedes, y no es que no haya tenido nada que comentarles, sino que como el tema al que debería referirme iba a afectar mi “Shalom bait” (paz en el hogar) decidí no hacerlo.
Era lógico que debería de haber intentado analizar cómo fue posible que luego de más de una década, cambiara el primer ministro israelí, y quien más votos había obtenido tuvo que dejarle el lugar a quien sólo había conseguido algo más del 5% del apoyo ciudadano, y lógicamente desearle éxito en su función.
Pero ese protocolar deseo, me hubiera generado una difícil situación familiar pues “la Roiter”, mi esposa, no lo hubiera aceptado, pues no sólo es una bogueret betar (ex miembro del movimiento juvenil sionista Betar) sino que está convencida de que don Biby, como lo llama, es quien debe estar al frente del gobierno israelí.
En lo personal no soy tan extremista, y por lo tanto reconozco y acepto que en un sistema democrático parlamentario hay que tener la mayoría de los votos de los miembros del Parlamento, en este caso por lo menos 61 de los 120 integrantes de la Knesset para ser el primer ministro.
Pero en esta oportunidad, me referiré a una situación producida en nuestra comunidad, que realmente no sé cómo denominarla, si bien primero deseo aclararles que creo que debido a que el pasado 18 de julio coincidía con Tishá VeAv (9 de Av) la fecha más triste del calendario judío, las autoridades de la AMIA tomaron la decisión de conmemorar el 27º aniversario del atentado a la AMIA el viernes 16, utilizando la virtualidad, y a las 9:53 horas, quienes nos dispusimos a participar del acto central, frente a nuestras computadoras y/o celulares, escuchamos el sonido de la sirena que desde hace 26 años indica el comienzo del mismo.
Acepto que el hecho de que diversos sobrevivientes contaran sus vivencias, y luego más de dos decenas de familiares se refirieran al dolor que el asesinato de sus seres queridos le produjeran me sorprendió. Luego de transcurridas varias semanas tengo que decirles que la decisión de quienes lo dispusieron de esa manera me parece correcta.
Como era lógico, esperé ansioso el discurso del presidente de la AMIA, don Ariel Eichbaum, que a mi parecer fue correcto, dejando muy en claro que la actual conducción de la institución no acuerda con el pedido de que se establezca una ley que permita el juicio en ausencia para juzgar a los presuntos autores intelectuales y materiales del atentado. Aclaro que digo “presuntos” porque no está probado judicialmente que lo fueran.
Pero seguramente a muchos miembros de la comunidad, las palabras de Eichbaum no deben de haber agradado, y uno de ellos ha sido el doctor Alberto Indij, un dirigente que siendo vicepresidente primero de la DAIA tuvo que asumir la presidencia luego de que Ariel Cohen Sabban renunciara a mediados del 2018, por los motivos que son de público conocimiento.
Recuerdo que, cuando debían presentarse las candidaturas para integrar el Consejo Directivo de la DAIA, en septiembre u octubre de ese año, hubo una cantidad de dirigentes institucionales que le pidieron al doctor Indij que fuera candidato a presidirla y dijo que no; y que desde que culminó su mandato, cuando asumió la actual conducción que presiden Jorge Knoblovits, se mantuvo en silencio hasta hace muy pocos días.
El doctor Alberto Indij brindó sus opiniones tanto en una nota publicada en el diario Clarín, el 21 de julio, como en un reportaje que le hicieran en Radio Jai, el día siguiente, en la que planteó “vaya a saber de dónde se instruyó ya que no es un experto en el tema, no es abogado, nunca se había manifestado sobre este tema y para mí tanto la falta de mención del asesinato del Fiscal Nisman como este tema del juicio en ausencia es funcional a otros intereses que no son los intereses de la comunidad judía”; y también dijo “A esto debemos agregar que la AMIA viene monopolizando el acto del 18 de julio sin la participación como era habitual de la DAIA (ni de los familiares) y además la AMIA se convirtió en el interlocutor del Gobierno Nacional en reemplazo de la DAIA violando todas las incumbencias comunitarias desde la creación de la DAIA en el año 1935”, (https://www.radiojai.com/index.php/2021/07/22/106945/106945/).
Días después, el 28 de julio más precisamente, la AMIA por intermedio de su Departamento de Prensa distribuyó un comunicado que en su primer párrafo dice: A través de la decisión unánime de su Comisión Directiva, AMIA expresa su total repudio a las expresiones públicas realizadas por Alberto Indij en una entrevista periodística, quien manifestó, de manera injuriosa e infundada, que el mensaje del presidente de la institución en el acto por el aniversario del atentado “es funcional a otros intereses que no son los de la comunidad judía”.
El ex presidente de la DAIA, al responderlo afirma que fue “una expresión vertida en el fragor de una entrevista en vivo”, para agregar más adelante “De ahí a interpretar que pretendí enrostrarle al presidente de la AMIA ser funcional a intereses espurios o tener segundas intenciones corre por cuenta de quien lo haga pero no representa mi intención que no fue otra que exponer mi punto de vista sobre el recurso del juicio en ausencia para la causa AMIA”.
Este Jubilado del Abasto acepta el derecho que tiene el doctor Alberto Indij, como el de cualquier otro miembro de la comunidad y de la sociedad argentina, de no estar de acuerdo con el mensaje que pronunciara el presidente de la AMIA, pero le resulta muy difícil entender que un profesional del Derecho pueda justificar una acusación como la señalada en el primer párrafo del comunicado de la AMIA por haberla efectuado “en el fragor de una entrevista en vivo“.
En lo personal este Jubilado del Abasto sostiene, desde el mismo momento en que se produjo el atentado a la AMIA, que el ataque fue a toda la comunidad judía de la Argentina y el edificio de la AMIA fue el medio elegido para hacerlo, y que por lo tanto a partir de ese momento le incumbe a toda la comunidad el reclamo de justicia y castigo a los autores intelectuales, materiales y a todos los que de una manera u otra actuaron para evitar que se los juzgue de acuerdo a Derecho.