
Estimados iluminados lectores, en estas últimas semanas decidí mantenerme en silencio por propia decisión. Lo que estaba ocurriendo en Israel y en nuestra comunidad me obligó a ser muy cauto, tanto por respeto a quienes estaban siendo atacados por el Hamas como por motivos de Shalom Bait (paz en el hogar).
Que en Israel se definiera rápidamente la constitución de un nuevo gobierno, lógicamente anti Netanyahu era previsible una vez establecido el “alto el fuego”, luego de que la población israelí recibiera más de 4.000 misiles del Hamás
Los motivos son diversos, pero evidentemente influyeron tanto el desgaste de no haber podido conformar Netanyahu una coalición duradera luego de cuatro elecciones consecutivas junto a la inquina que aparentemente generó en ciertos políticos israelíes.
Es decir que para este Jubilado de Abasto que Netanyahu dejara de ser primer ministro y pasara a convertirse en el líder de la oposición era algo que debía producirse más temprano que tarde, y no por culpa de los que lo abandonaron sino por la manera en que los había tratado en el pasado.
Pero era un tema que debía evitar hablar con la Roiter, para ella tanto Naftali Bennett, Guideon Za’ar y hasta Avigdor Liberman eran traidores, imperdonables.
Debido a la pandemia, tampoco me era posible conversar el tema libremente con amigos y conocidos, porque había que hacerlo telefónicamente y la Roiter podía escuchar; y mucho menos escribirlo, pues sabe perfectamente como ingresar a mi PC.
Pero el domingo a la noche, cuando ya el tandeen Bennett Lapid había jurado, la Roiter escuchó que yo le decía, telefónicamente, al corresponsal porteño de un periódico judío colombiano, que esperaba que pudieran gobernar el país.
Esa noche, la Roiter me dijo de todo pues para ella don Naftali era un mentiroso, porque cuando conversaba con Biby había afirmado que nunca acordaría con Lapid, y le tuve que dar la razón pero también hacerle recordar que desde hacía semanas o meses afirmaba que quería ser el próximo primer ministro, y que lo había logrado.
Reconozco que sobre don Naftali conozco muy poco, excepto que se dedicó a la política luego de vender un par de empresas, una en Estados Unidos, en decenas de millones de dólares, que se considera un judío observante de la Halajá moderno, que está casado, tiene tres hijos y que tanto como miembro de la Kneset y ministro ha tenido un buen desempeño.
Un detalle que siempre me intrigó es, como hace para que su kipá, no muy grande, este siempre pegada su cuero cabelludo, tema que ha sido motivo de una larga nota publicada por JTA y reproducida por algún diario israelí, donde explican que la pega utilizando un producto inventado por un israelí
Sobre la actual coalición gubernamental tengo que decirles que no entiendo cómo podrán funcionar en equipo cuando los ocho partidos que la conforman solo tenían, aparentemente, un solo factor que los unificaba, derrocar a Netanyahu.
Según todos los analistas, el Likud hará una férrea oposición, y Bibi se despidió afirmando que dentro de un corto tiempo volverá. Un ejemplo, el Likud presentó antes de la primera semana de asunción de Bennett un pedido de voto de confianza contra el nuevo gobierno. Jana Jerozolimsky, la directora del prestigioso periódico uruguayo Semanario Hebreo Jai, que vive en Israel, describe muy bien las dificultades que enfrentará el tandeen Bennett Lapid en su comentario semanal titulado “Ni 7 días de gracia”.
A miles de kilómetros de distancia no estoy en condiciones de opinar sobre cómo puede ser el futuro, si el nuevo gobierno durará o no, pues no soy un “futurologo” sino un simple jubilado de Abasto.
Lo sí puedo decirles es que, a mi parecer, con el cambio de gobierno ha concluido una etapa y comenzado una nueva, en la que el Likud, Netanyahu y el resto de sus dirigentes, deben analizar que les ocurrió y por qué.
Lo digo pues considero que en los 12 años que Biniamín Netanyahu gobernó Israel, el país no sólo se desarrolló de manera extraordinaria, sino que también pudo superar una administración estadounidense que no lo favorecía, la de Barak Obama, y por lo tanto merecía un reconocimiento que hasta ahora no tuvo.
Es quizás por esa falta de reconocimiento que se ha convertido en el “jefe de la oposición” y afirmó que volverá; y pese a la distancia, iluminados lectores, creo que hará todo lo posible, y hasta lo imposible para lograrlo.
Sobre lo que pasa en la comunidad, nos referiremos dentro de unos pocos días.