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Por Redacción Revista La Luz

Allá por febrero del 2020, al comienzo de la pandemia COVID-19 de efectos desastrosos para toda la humanidad, en una delas revistas médicas más prestigiosa del mundo (Lancet), más de una veintena de  eminentes científicos de la salud pública firmaron una carta en la que calificaban de “teorías conspirativas” cualquier sugerencia de que el virus que causó la pandemia podría haberse filtrado desde un laboratorio de Wuhan (China). “Nos unimos para condenar enérgicamente las teorías conspirativas que sugieren que el COVID-19 no tiene un origen natural”, escribieron los expertos, procedentes de diferentes países.
Y en este momento nos preguntamos si estos científicos estaban haciendo Política o Ciencia?  Y en este punto otra pregunta: No había siquiera un mínimo de duda entre ellos?


Quien firma la mencionada carta, es el Dr. Peter Daszak, de la Eco Healths Alliance, una organización sin fines de lucro, que ha colaborado durante unos 15 años con el Instituto de Virología de Wuhan, donde se estaba llevando a cabo una investigación sobre los coronavirus de los murciélagos, que los hace más letales y más infecciosos para los humanos.


Días pasados, nos sorprendió una noticia que decía que uno de los firmantes de la carta señalada al principio de esta nota, el Dr. Peter Palese, virólogo de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, ha pedido una “investigación exhaustiva sobre el origen del virus”.


Por otro lado, el profesor Nikolai Petrovsky de la Universidad de Flinders, en el sur de Australia, se sorprendió, al igual que otros científicos, cuando apareció que las primeras cepas de COVID-19 aisladas en diciembre de 2019 mostraban que “el virus ya estaba perfectamente adaptado para infectar y transmitirse entre huéspedes humanos, por lo que todavía hay que explicar satisfactoriamente cómo se produjo esta pre-adaptación a los humanos”.


Si el COVID-19 fuera realmente el resultado de una liberación accidental en el laboratorio, esto tendría enormes ramificaciones, no sólo en China, sino en todo el mundo. La mera cuestión de que pueda tratarse de un escape involuntario en el laboratorio aterroriza a la mayoría de los virólogos por el impacto que podría tener en sus futuras investigaciones.


China rebatirá enérgicamente cualquier conclusión que cuestione su gestión del laboratorio de Wuhan, su manejo de la epidemia, su cooperación internacional o la falta de ella, y la teoría de la transmisión de animales a humanos.


La humanidad merece una explicación….¿la tendremos alguna vez?

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