
Finalizados los 11 días de la operación “Guardián de los Muros” podríamos entrar en detalles sobre la misma pero seguramente ya están interiorizados en esto, así que no es el momento.
Mi vivencia, a miles de kilómetros de Israel, fue distinta a la de conflictos anteriores. Descargué una aplicación al celular que me avisaba dónde caían los misiles en el mismo momento que ocurría. Sabiendo así, si familiares y amigos corrían algún riesgo, cuando esto pasaba los contactaba y compartía con ellos el momento en el que estaban en el refugio.
Encontré que en varios grupos de WhatsApp en los que estaba, varios israelíes informaban en forma frecuente lo que sucedía, lo que me permitía no estar dependiendo de los medios de comunicación tradicionales.

La fluidez de Twitter, ya tiene años, y durante la pandemia permitió que, en conjunto a las reuniones por Zoom, muchos nos hayamos encontrado y generado comunidades virtuales, que sirvieron sirvieron como canal de comunicación, de acompañamiento y conocer experiencias distintas. Estos procesos, me permitieron conocer a Tamara Burgos. Quien volvió a vivir en Israel poco antes del inicio de “Guardián de los Muros”. En pleno conflicto ella aparecía en los medios de comunicación comentando sus vivencias. Como para mí no era una perfecta extraña, su mensaje me llegaba distinto ya que que también en esta comunidad virtual ella nos permitió vivir lo que experimentaba en las noches de sirenas.
La existencia de “Nurit News” creada por una muchacha que hizo Aliá y durante la operación “Margen Protector” que decidió hacer resúmenes en castellano de lo que pasaba y lo que decían los medios, siempre poniendo las fuentes. Dada la demanda de su información tuvo que crear muchos grupos de WhatsApp. Por uno de ellos pude mantenerme al tanto de las noticias de Israel, como ningún medio comunitario ni prensa en español lo podía hacer.

Como judío comprometido y sionista explicito, viviendo en Argentina, sentía que algo tenía que hacer. Se me ocurrieron varias ideas para transmitir información pero notaba que el público receptivo ya estaba informado y a su vez sentía que había que salir a la calle.
Si el movimiento sionista hubiera salido masivamente a las calles en conjunto con las comunidad judía organizada y tantos otros que apoyan a Israel, ¿Beneficiaba a Israel? ¿Traería paz a Medio Oriente? ¿generaría más apoyo al Estado de Israel? ¿haría que quienes odian a Israel recapaciten? Sabemos la respuesta: probablemente nada de lo que hagamos modifiquen estas cosas.
Si el objetivo es la Hasbará, el esclarecimiento, lo que sirve es estar presente en programas de televisión, hacer notas para sitios webs de noticias y responder en redes sociales, aunque en esto último tengo dudas. Así y todo me parecía que había que salir a la calle.
Una manifestación pública nos permite vernos a las caras, sentirnos juntos, dejar en claro que no tenemos vergüenza ni de ser judíos ni de ser sionistas, expresar que queremos la paz en todo el mundo y que para eso Israel tiene que tener seguridad y enviar una imagen a quienes viven bajo los misiles del terrorismo que estamos con ellos. Salir a la calle es decirles a quienes nos quieren amedrentar que no tenemos miedo.
Ha habido manifestaciones públicas en apoyo a Israel en Sudáfrica, en el Reino Unido, en República Dominicana, en Estado Unidos, en Barcelona (España). En Argentina se han realizado charlas virtuales de altísimo nivel y con gran información. Pero agradezco a los bogrim de Betar y de Bnei Akiva que realizaron una actividad en Plaza Israel, en las que hubo palabras del Rosh Hanaga de Betar Argentina y dirigentes del Likud Argentina y el Shas de Argentina, así nos permitieron que sin grandes convocatorias, sin escenarios, nos viéramos las caras y estamos juntos para apoyar y manifestarnos por Israel y por la Paz.
Por el Licenciado Ariel Chernizki
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