
Ariel Grun, un Azkán con mayúsculas
Esta semana falleció Ariel Grun Z”L, y tal vez sin darnos cuenta, se rompió un mito.
Gran parte de la comunidad se vio afectada y se expresó. Gran parte de la comunidad, tanto a nivel grupal como individual dedicaron un tiempo a su recuerdo, a hablar de él.
Y hablaron de azkanut, hablaron de humanidad, hablaron de iahadut.
Hubo acuerdos para interpretar aquello que es para revalorizar, aquellos que los seres humanos tenemos para dar: eso que conforma nuestro estar en la vida.
Nadie habló de lo que Ariel donó, del dinero que dejó en obras. Pareciera que no sólo el dinero es importante para legar; y eso rompe con el mito que circula.
Leí en algunos comentarios que dirigentes comunitarios se cuestionaron qué pasaría cuando ellos no estuvieran, qué se diría de su accionar, de su ser. ¡Vaya interrogante! Cada uno encontrará su respuesta…
Y Ariel nos interpela, nos lleva a cuestionarnos a preguntarnos qué se necesita para ser Azkán, con mayúsculas, como él, como lo reconocen tantos…
Y podríamos retomar algunos conceptos cómo: mentch, apasionado, inclusivo, empático, directo, sincero, aguerrido, luchador e impulsivo, con una mirada hacia una comunidad unida, con calidad y calidez humana, enérgico, alegre, con amor por la kehilá, con amor por los seres humanos, trabajando por la inclusión, la diversidad y el pluralismo.
Un Azkán tiende puentes. Un Azkán es congruente entre aquello que dice, hace y siente. Un Azkán es respetuoso de todos los otros seres humanos que como él interactúan en la comunidad.
Ariel, sin dudas, te vamos a extrañar.
Baruj Plavnik, un Rab comprometido
Se nos fue Baruj, y dejó un vacío en su familia, sin lugar a dudas, y en la comunidad.
Una persona íntegra, humilde, con valores y entrega humanitaria.
Fue un educador, estuvo presente con los soldados en la guerra de las Malvinas poniendo su alma y su cuerpo a su servicio. Abrió su comunidad para la donación de sangre y como vacunatorio contra el covid, involucrándose con la realidad de los tiempos que le tocó vivir.
Rabino de Rabinos.
Gran ser humano, empático y guía espiritual con un gran poder de escucha.
Involucrado en las necesidades de aquellos que se acercaban., y dando contención, ayuda y palabras de acompañamiento.
Un ser humano que hemos de extrañar.
El Rab Uriel Romano compartió un poema de Edmon Fleg que Baruj leía cada shabat:
-Soy judío porque la fe de Israel no me demanda la abdicación de mi mente
-Soy judío porque, para Israel, el Hombre (la Humanidad) no está aún creado. Los hombres lo están creando
-Soy judío porque Israel coloca al Hombre (la Humanidad) y su unidad por encima de las naciones y aún del propio Israel
Y Baruj agregaba:
Soy judío porque soy judío.
Por Lic. y Counselor Graciela Polonsky
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