Una mujer pide el guet (divorcio religioso), y su marido no se lo da. La comunidad se entera porque postea en Facebook pidiendo ayuda y comienzan a opinar. Otra mujer cuenta su experiencia similar y pide ayuda para salir de lo que llama “esclavitud”
Y a continuación se desata una catarata de comentarios de hombres y mujeres “opinólogos” de la situación, que enjuician el comportamiento de la mujer al pedir ayuda o a sus creencias religiosas acerca de la importancia que le da al divorcio religioso.


Es impactante leer como, en vez de empatizar, simplemente hablamos de nosotros y le decimos qué es lo que tiene que hacer, cómo se debe sentir, cuál divorcio es importante, cómo debe comportarse…, y siguen los consejos, las opiniones, las interpretaciones, las respuestas de unos a las respuestas de los otros; sin detenerse a hacer una lectura comprensiva de lo que cada uno está expresando. Y el final es el esperado: unos enojados con otros, cortando conversaciones escritas en Facebook sin intentar un diálogo no violento y comprensivo.
Hablamos, decimos, aprovechamos cada oportunidad para expresar aquello que sentimos y pensamos con el objetivo de opinar en un sinsentido que no nos lleva a ningún lugar.
Diálogos solitarios, soliloquios que producen ecos, ecos que lastiman.


Una mujer tiene un problema y tiene sus creencias y su ideología, que no es la tuya, ni la tuya, ni la tuya, ni la mía… y quiere resolverlo y no te pide opinión sobre su forma de vida. No le sirven tus herramientas para resolverlo, porque es ella, no es vos, simple y sencillamente es ELLA, un ser humano distinto a vos, separado, ajeno a tu experiencia, a tus vivencias, a tus posibilidades, al medio en el cuál vos te desarrollás.


Es ELLA, es otra y merece el respeto de elegir cómo quiere vivir, de elegir sus reglas, de tener sus normas, de simplemente ser ELLA. Quiere: algo tan simple y sencillo como obtener el guet, y liberarse, religiosamente, de ese hombre que la ata a su vida y que no le permite continuar bajo las reglas que ella y sus hijos quieren vivir. NO LOS TUYOS, LOS SUYOS. NO TU VIDA, LA SUYA.


No te pidió opinión, te pidió ayuda. Estamos cerca de la conmemoración del Día de la Mujer y no puedo dejar de reflexionar, después de leer los comentarios…
Mujeres hablando de mujeres
Mujeres criticando a mujeres
Mujeres cuestionando mujeres
Mujeres humillando mujeres
Mujeres encasillando mujeres
¿Qué nos está pasando?

Lic. y Clor. Graciela Polonsky

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