
Iluminados lectores, la pandemia nos tiene encerrados en nuestras casas a quienes estamos considerados personas de riesgo, aunque la realidad es que muchos no aguantan la situación y salen a hacer compras, ir al médico, cobrar la jubilación, pagar servicios, visitar a algún pariente, o simplemente a caminar.
Mientras tanto la comunidad, mejor dicho sus instituciones continúan tratando de estar activas con algunos de los miembros de su personal trabajando desde sus hogares, y en ciertos casos realizando actividades zoom mediante.
Si bien el tema de esta nota debería ser la conmemoración del 26º aniversario del atentado a la AMIA, no lo hago, y les pido disculpas, pues todos los medios, nacionales, internacionales y comunitarios, lo han hecho; por lo tanto me dedicare a algo que no fue muy difundido, las elecciones para elegir la delegación argentina al próximo Congreso Sionista Mundial que debería llevarse a cabo en octubre venidero.
Por ese motivo, por lo menos desde fines de abril hasta mediados de julio es que se han movilizado los distintos factores ideológicos sionistas, ya que había que conformar la delegación que participará en el Congreso Sionista Mundial, pues a diferencia de lo que ocurrió en las últimas oportunidades en esta ocasión no se pusieron de acuerdo y fueron a una elección electrónica, que incluyó el Mifal Hajaverut, el empadronamiento, para poder sufragar y luego para que los empadronados votaran a la listas que se oficializaron.
Aunque les parezca mentira, iluminados contertulios, ni yo ni la Roiter, mi media naranja, pudimos votar. Llenamos el formulario electrónico, lo enviamos y pagamos el arancel con distintas tarjetas de crédito, pero parece que cometimos algún error y no nos incluyeron en el padrón.
Pero no sólo a nosotros nos ocurrió eso, según parece les pasó a varios cientos de personas, evidentemente quienes idearon el sistema consideran que todos saben usar los sistemas electrónicos y no establecieron un espacio de tiempo para que aquellos que pagaron el arancel y cometimos errores al llenar el formulario electrónico, pudieramos solucionarlo.
Según me contó un conocido, activo miembro de uno de los factores ideológicos, en el padrón no figuraban ni el presidente ni el tesorero de la Organización Sionista Argentina, quienes, por lo tanto no votaron, según parece ellos también habrían cometido errores al empadronarse.
Un amigo del interior del país con el que hable telefónicamente, no por WhatsApp, me contó que había decidido no empadronarse, y por lo tanto no votar porque él es sionista en serio. Cuando le pregunte que quiso decirme con “sionista en serio”, me contestó “no te hagas el idiota” y paso a hablarme de otro tema: lo difícil que le resulta cobrar los honorarios profesionales que factura, porque sus clientes no tienen casi ingresos
Indignado le dije que era un sionista en serio, jubilado de Abasto, y no un idiota, y le corte.
Cómo no me gusta estar desinformado me puse a llamar a todos los conocidos y familiares que son miembros de instituciones judías, y la verdad que me asusté, la mayoría ni estaba enterado de que había que designar la delegación argentina que participará de la elección de las autoridades mundiales del Movimiento Sionista, y mucho menos que se hacía por intermedio de una elección electrónica.
Lo que si pude averiguar es que los factores ideológicos que podían participar en la elección eran 10, y que la cantidad de delegados asignados a los sionistas argentinos para el próximo Congreso son 14. También informaron que si no fuera por uno de los factores, que tiene a don Pablo el entrerriano en sus filas, no hubiera habido elección, pues hubieran llegado a un acuerdo; y la cosa a don Pablo y su gente les salió redondita, pues se presentaron 5 listas, y la del entrerriano arrasó, aunque infructuosamente el líder de una de las listas en Israel hizo una presentación a las autoridades centrales del Movimiento Sionista porque su movimiento tenía registrado que cerca de cuatrocientos judíos se habían afiliado y pagado el arancel, y casi la mitad no fue inscripta en el padrón por deficiencias al completar la ficha de inscripción.
También me llegó la noticia que un medio de prensa de una localidad de Israel publicó que alguien había ofrecido reintegrar el importe del arancel a quienes se inscribían y que hubo gente que aceptó la oferta. Conociendo a la mayoría de los máximos dirigentes de los movimientos que integraron las cinco listas me parece una barbaridad lo publicado, no puedo llegar a imaginarme que alguno de ellos llegara a proponerlo, pero llamativamente uno de sus referentes en el Estado de Israel dijo que podría ser que que entre todos sus miembros alguien lo haya hecho.
Deseo imaginarme que luego de esta experiencia, que si bien no fue muy importante a nivel de empadronados, la misma se perfeccionará y permitirá nuevas implementaciones, por ejemplo que aquellos que nos equivocamos podamos solucionar su error y pasen a integrar el padrón, porque somos falibles y nos equivocamos
Por el momento me despido hasta la próxima, que les prometo será dentro de un par de semanas.