Estimados iluminados lectores, luego de Iom Hashoá, Iom Hazicaron y las alegrías de Iom Haatzmaut  y  Iom Yerushalaim y de que por fin se pudo constituir el gobierno en el Eretz Israel, vuelvo a ponerme en contacto con ustedes.
Desde mi comunicación anterior  han pasado varias semanas, consecuencia tanto de la depresión que la cuarentena me produce, de la cantidad de llamados telefónicos que intercambio con amigos y conocidos, a veces por el directo y otras por el celular;  y también decenas diarias de WhatsApp, que recibo y envió, me ocupan horas y horas de cada día.
De los actos conmemorativos y festivos no voy a decirles otra cosa que unos me desilusionaron y otros me maravillaron – si los vieron deduzcan cuales, y si no, se quedarán con las dudas –aunque lo que más me asombró en este largo período de tiempo es el “zoom”, aunque todavía no logré que cuando quiero decir algo me den el micrófono, y poder hablar.
Con la Roiter, hace unos días conversábamos, – es un decir – de nuestras primeras experiencias con las comunicaciones a distancia, yo le contaba las horas de colas que hacía en Mar del Plata para poder hablar a la casa de mis padres y decirles que había llegado bien; y ella de cómo un loro que tenían en la casa decía “hola, quien habla” cada vez que escuchaba el sonido de un timbre.
De la comunidad no estoy en condiciones de opinar, no porque no me hayan contado o preguntado, mensajes y llamados mediante, sino debido a que lo poco o mucho que me trasmiten, tiene grandes diferencias con la realidad, aunque les aclaro: mis informantes son dirigentes comunitarios, tanto de instituciones centrales como de base, y como me usan de pseudo consultor, los relatos de las situaciones que están viviendo son verídicos.
Iluminados lectores, pueden decirme: “Estas diciendo, mejor dicho escribiendo incongruencias”. Pero el por qué lo dejamos para más adelante.
Desde hace varios años, cada semana, leo con fruición los comentarios del Rabino Yosef Bitton, quien últimamente explica que la existencia del Estado de Israel es la consecuencia de una serie de milagros, que el Creador genera en beneficio del Am Israel. El último que leí se refiere a la reunificación de Yerushalaim, en el que además explica porque los israelíes no tomaron posesión del Har Habait, el Monte del Templo, donde está la mezquita musulmana.
También leí otro artículo en Jewiss Press sobre ese mismo tema, que afirma que fue Moshé Dayan quien decidió sin consultar a nadie que el Har Habait quedara en manos musulmanas porque tenía miedo que si quedaba en manos judías quisieran construir el Beit Hamikdash Hashlishí, el Tercer Templo, mientras que el Rabino dice que fue el Creador quien lo dispuso, pues consideró que todavía no había llegado el momento en que estuviera en manos judías.
En definitiva, mientras quien lo “culpa” a Moshé Dayan es un pragmático que no ve, o lo que es peor, no quiere ver la “mano” del Creador, y tampoco acepta lo que  según afirman dijo Ben Gurión: “En Israel quien no cree en milagros no es realista”.
Uno de los temas por los que más consultas recibí, fue el acrobático salto de Beny Gantz, quien de ser el máximo contrincante de Bibi, paso a ser su segundo durante los próximos 18 meses. Realmente todo lo que se ha escrito no me permite entender y/o justificar porque quien se había sumado al “No Bibi”, termina concertando con Bibi. Quizás Beny siguió el consejo que me dieron cuando comencé mi activismo estudiantil: si al enemigo no lo podes vencer, tenes que unirte a él; muy distinto al que me hizo alejarme de la política: se dobla pero no se rompe. Pero en definitiva ¿no significan lo mismo?.
En alguna clase o conferencia escuche decir “el poder no se comparte, el demócrata lo ejerce y el dictador lo detenta”; habría que agregar que el poder no se hereda, se lo construye.
Bibi desde que Menajem Beguin lo nombró embajador en la ONU comenzó a construir el poder que hoy tiene.
Pero volviendo al nuevo gobierno israelí, lo que no me parece justo es que digan que este es un gobierno de unidad, porque hay varios partidos que no se integraron, y otros como Yamina que no aceptaron hacerlo por no estar conforme con lo que le ofrecían.
Ante la gran cantidad de ministros, viceministros y asesores, son tantos que es válido preguntarse si de esa manera se podrá gobernar, o lo que es más incisivo, quienes serán realmente los que gobiernen.
Aparentemente la pandemia en Israel fue dominada, digo aparentemente pues tanto las disposiciones gubernamentales como diversas notas periodísticas hablan de que puede haber una “segunda ola”, y el país debe comenzar a normalizarse, y seguramente lo logrará en poco tiempo.
Pasemos ahora a las incongruencias que no lo son, por lo menos para este Jubilado del Abasto. La Argentina a la crisis generada por el coronavirus le suma una de sus tradicionales crisis económicas periódicas, lo que hace que la situación de sus habitantes, emprendimientos comerciales e industriales, organizaciones civiles sin fines de lucro y demás actividades que se desarrollan en el país padezcan las consecuencias de ambas crisis a la vez.
La última gran crisis económica que afecto al país y golpeó duramente a la comunidad judía: a sus miembros institucionalizados y no institucionalizados, como a sus instituciones fue la del 2001/2002, y cuando se le pregunta a los dirigentes que hay que hacer para brindar ayuda a los miembros de la comunidad y a sus instituciones, la mayoría toma como ejemplo lo efectuado hace casi dos décadas, y en base a esa experiencia intentan dar respuesta a las necesidades actuales, haciendo la aclaración que aquella fue una crisis local y esta es mundial, y que por lo tanto la ayuda que podría llegar del exterior será sensiblemente menor a la que arribó en aquella oportunidad.
Muchas otras cosas cambiaron en el país, y por lo tanto en la comunidad judía en los años transcurridos desde la crisis del 2001/2002. Una de ellas, y sin duda significativa es que la comunidad se achicó, y en ciertos sectores se empobreció como consecuencia del devenir económico del país.
La indefinición de la Causa AMIA y todo lo acaecido con el Memorándum de Entendimiento con la República Islámica de Irán, la denuncia del fiscal Alberto Nizman, días antes de aparecer muerto, para unos víctima de un asesinato y para otros de haberse suicidado; y demás temas relacionados sin duda influyen en el actual entramado comunitario.
Otro aspecto que no puede dejarse de tener presente es como se modificó la conducción de las instancias centrales comunitarias, donde el triunfo en las cuatro últimas elecciones de la AMIA del BUR establece un cambio que no puede obviarse a analizar como debe brindarse la ayuda a los miembros e instituciones de la comunidad en la crisis actual.
Tampoco debe obviarse el hecho de que dirigentes y funcionarios comunitarios han sido parte activa del gobierno de Mauricio Macri, algo que con anterioridad no se había producido; como también algunas situaciones de tipo personal que por el cargo institucional que ocupaban cuando el hecho se produjo, rozaron a la institución.
Estos son seguramente algunos ejemplos de cambios que se han producido, y que no son mencionados por los dirigentes cuando plantean, por ejemplo, que al igual que en el 2001/2002 se debería constituir un grupo de trabajo único para la distribución de la ayuda, tanto a las personas como a instituciones, o como en el caso del presidente de la DAIA, acertadamente, considera que ya se debe comenzar a planificar como será la estructura comunitaria luego de la pandemia, y la finalización de la cuarentena
Por lo tanto cuando realizan su evaluación y hacen sus propuestas son coherentes a la visión que tienen de la crisis, pero a la vez al no tomar en cuenta algunos de los cambios producidos que pueden influir en la percepción de la actual crisis en lo referido específicamente a la comunidad judía, sus propuestas pueden resultar diferentes a las que la comunidad, como un todo puede necesitar.
Netanyahu, Gantz, Lapíd, Benet, Liberman y demás políticos israelíes, enfrentados entre sí pudieron llegar a un estatus quo, unos estando en el gobierno y otros en la oposición, que por un lado ahonda la división existente, por otro permitirá planificar como superar la crisis consecuencia de la pandemia y ejecutar las decisiones que se tomen.
Además deberán estar muy atentos a diversos temas que ya forman parte de la agenda, el plan Trump, la anexión o no de parte de Yehuda y Shombron, las relaciones con los estados árabes sumitas, que pasará en la elección presidencial estadounidense, etc. etc.
Nosotros, en nuestra comunidad, debemos ser conscientes, mejor dicho los dirigentes deben ser conscientes que la denominada “clase media” que era la que dirigía la gran mayoría de las instituciones comunitarias sufrirá una gran modificación, pues muchos de quienes la integraban dejaran de pertenecer a ella, y otros que estaban por encima pasaran a ser sus miembros, pues el empobrecimiento será generalizado.
Además, y no es poco, la virtualidad llegó y no se retirará cuando culmine la cuarentena, este sistema de comunicación impuesto por el distanciamiento social perdurará, y también afectará positiva o negativamente, según el caso, la conducción de las instituciones, quizás achicando sus planteles profesionales o generando una mayor comunicación entre los dirigentes, algo que también se debe tener en cuenta.

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