
Iluminados lectores, habiendo pasado unos días del ayuno de Tisha beAv (9 del mes hebreo Av) que este año se traslado al día 10 de Av, porque el 9 fue Shabat, el Yortzait (aniversario de fallecimiento) de las víctimas del atentado a la AMIA, volví a despuntar el vicio de tomar café y el placer masoquista de seguir siendo un jugador de ajedrez fracasado.Una de las cosas que aprendí en los días previos al ayuno es que el Segundo Templo de Jerusalem, y toda la ciudad que lo rodeaba, fue destruido Sinat Jinam, odio gratuito que tenían sus habitantes. Mejor dicho era lo que enseñaban y mencionaban en sus predicas rabinos y maniguim rujanim, digamos líderes
espirituales, por lo tanto me alegré cuando recibí un mail en el que me invitaban al lanzamiento de una agrupación nueva que participaría en las próximas elecciones de AMIA que de acuerdo al texto lo que pretendía era la unión de todos los socios de la AMIA interesados en la conducción de la misma, a la que la había puesto como nombre “Una AMIA”. Mi intención era estar presente, pero esa noche, un martes a la noche, tenía un compromiso impostergable y no pude ir al Club CASA, el lugar donde se hizo el lanzamiento, por lo que me quede sin saber que había ocurrido, aunque por intermedio de los medios comunitarios me enteré que estuvo concurrido, Don Luis dijo estar muy contento con la cantidad de asistentes. Dos días después, en el mismo lugar, los rabinos raigales – el termino ortodoxo me resulta desagradable– del barrio de Belgrano convocaron a una actividad conjunta, y del video que enviaron por whatsaap como invitación deduje que la intención era mostrar unidad.
Nuevamente no pude asistir, esta vez por motivos laborales, soy jubilado pero para llegar a fin de mes algo tengo que hacer, así que me quede con la intriga de que pasó.
Hacía varios días que no me encontraba con Adalberto, hacía mucho frío para ir al country por lo que Eleonora, mi media naranja, prefirió quedarse en Buenos Aires los fines de semana, por lo que aproveche para ir al Shil los Shabatot.
Por si no se acuerdan Adalberto es mi amigo interesado en la política interna de la comunidad, también ajedrecista frustrado, libre pensador, fiel seguidor del rabino Ale Avruj aunque sigue siendo socio de NCI, por lo tanto él estuvo en el Club CASA cuando se presentó “Una AMIA”. Así que doblemente intrigado lo llamé por teléfono. Por un lado quería saber su opinión, y por la otra porqué durante más de diez días hábiles no había ido a ninguno de los cafés en los que nos encontrábamos en Villa Crespo, Belgrano, u Once. Me explicó que una socia de Macabi, con quien mantiene una larga relación comercial – yo sólo sé que está divorciado y que al country va sin compañía – lo invitó a un lugar nuevo, en la esquina del club donde hay muy ricas tortas, pero también cosas saladas, así que cuando termina de trabajar pasa por allí
y luego se va a casa. Por qué no me avisaste le pregunté. Su respuesta me sorprendió, “el café lo sirven en vasitos de cartón, y a vos no te gusta” Es cierto, pero el interés de saber que pasó en el Club CASA era superior a mi disgustó por los vasitos de cartón, que tanto le gustan a los jóvenes, que quede en encontrarme con
Adalberto el jueves a las 6 de la tarde en Tucumán y Anchorena. Llegué media hora antes para pizpear el lugar, super moderno con una decoración que parece les gusta
mucho a las mujeres con chicos, pues llenaban el lugar. Después de estar varios minutos sentado una chica con cofia me dijo que el lugar era autoservice, así que me acerque al mostrador y pedí una bebida sin alcohol, que yo mismo tuve que retirar de la heladera y me senté a esperarlo a Adalberto, que no demoró mucho, si bien como es su costumbre llegó tarde.El lugar es casher, pero éramos varios los no datim (observantes o religiosos) pues había algunas mujeres con pantalones y hombres sin cubrirse la cabeza. Mientras lo esperaba a Adalberto seguía mi mente elucubrando, un tema era el nombre del local, en inglés, y otro que hacía un gigante con Kipá celeste recorriendo el salón, pasando atrás del mostrador y ordenando sillas, mientras saludaba a la mayoría de los parroquianos, mejor dicho parroquianas.
Adalberto me contó que en la presentación de “Una AMIA” hubo bastante gente, pero mucho menos que en la actividad de los raigales. De entrada no me dí cuanta que había estado en las dos, por lo que le pedí que me contara quienes estaban. Me dijo que la mayoría de los dirigentes de Plural Jai, con don Luis a la cabeza, muchos de
Avodá: don Mario, don C acho, Sergio el boga entre otros; el rabino CEO del Seminario Rabínico Latinoamericano; varios miembros de Fundación Judaica, entre los que distinguió a Sergio Brukman; también me dijo que estuvieron la presidente de FACCMA, Palito H, el presidente de la DAIA, JK, y que el acto fue relativamente corto en donde Mario Ruschin explicó los fundamentes del lanzamiento de “Una
AMIA”, Chuchi de Avodá se refirió al trabajo con las jóvenes generaciones que piensan instrumentar; en nombre de las sociodeportivas lo hizo Pola Isaac; Mónica Kuliukar se refirió a las actividades que organizaran para tanto para difundir el ideario de “Una AMIA” como debatir las necesidades comunitarias y Alejandro Kladniev brindó el mensaje político, de porque habrá que votarlos. Para ese entonces, alguien ya nos había traído dos cafes, la verdad es que es muy tomable y unas medialunas muy ricas.
Mientras tomaba el segundo café pasó a contarme su experiencia de ir a escuchar a los ocho rabinos raigales de Belgrano. Me dijo que los rabinos hablaron de la necesidad de realizar un trabajo en conjunto, que uno muy joven y vestido informalmente recitó una bendición por lo soldados del Estado de Israel. También que lo sorprendió la cantidad de personas, hombres en su gran mayoría, muchos de los cuales eran jóvenes, que asistieron, lógicamente sentados con una mejizá (separación)de las
mujeres, y me contó que al final del acto hablaron el rabino Tzví Grunblatt y el presidente en ejercicio de AMIA, Ariel Eichbaum, y que nadie dijo nada en relación a las elecciones de AMIA. Conociéndolo entendía que hubiera estado en la presentación de “Una AMIA”, pero no a la otra actividad, y le pregunte porque fue, a lo que me contestó “te lo contesto por dos beigels con salmón”, así que no tuve otra alternativa que aceptar la aparente extorción y su respuesta me frustró tanto como perder una partida de ajedrez que debía ganar: “uno de mis clientes me dijo que si lo acompañaba,
después me invitaba a comer un beigel con salmón, y por el beigel fui”.