
La conmemoración del 27º aniversario del atentado a la Embajada del Estado de Israel en la Argentina me obliga a volver a conectarme con mis amigos de “La Luz” pues un caminante de la “calle judía” como yo no puede dejar de referirse a una de las fechas más dolorosas del calendario comunitario. Pero antes deseo hacer dos pequeñas elucubraciones.
Bienvenidas las críticas
Pero antes deseo agradecer a quienes se dirigieron a doña Rosita para expresarle su opinión sobre mi comentario anterior, pues no sólo se molestaron en leerlo, sino que también lo criticaron, y la hicieron conocer.
Cómo un ajedrecista frustrado sé muy bien el valor de los minutos y segundos, porque una pequeña distracción, por ejemplo, levantar la vista del tablero para mirar a alguien puede significar que se cayera la aguja del reloj que se utiliza en las partidas de torneos, por lo tanto, le pido las disculpas del caso a doña Rosita por el tiempo que tuvo que dedicarle a escuchar a quienes le criticaban el comentario referido al desayuno, organizado por la DAIA, por el “Día de la Mujer”.
Kehilot del interior
Por los medios me enteré que muchas de las kehilot (comunidades judías) del interior de la Argentina se reunieron y decidieron organizarse como una especie de organización que se sumaría a las ya existentes en el marco de la DAIA (Filiales DAIA) y de la OSA (Filiales OSA). Por otra parte la AMIA por intermedio de su oficina de prensa informó que se designó a uno de los vocales de su Comisión Directiva, Eliahu Hambra, como el presidente del Vaad Hakehilot, la Federación de Comunidades Judías de la Argentina, y que se llevó a cabo una reunión en la que además de representantes de algunas kehilot estuvieron presentes los de las diversas instituciones que realizan tareas relacionadas con las comunidades judías establecidas a lo largo y a lo ancho del país, como el Keren Kayemet. Que desde Buenos Aires se intensifique el apoyo a esas kehilot, muchas de ellas contando con tan solo unas pocas decenas de familias es muy positivo, aunque sería conveniente que no se superpongan las incumbencias, ni se creen nuevas estructuras burocráticas.
27º aniversario del atentado a la Embajada de Israel
Este año, y no es la primera vez, el 17 de marzo fue un día domingo, y como ocurrió en otras ocasiones el acto central conmemorativo, que organiza la representación diplomática israelí en la Argentina se pasó para el día lunes siguiente, y el acto de la juventud, que antecede al acto central, se llevó a cabo al anochecer del domingo, en el lugar físico en que se erigía hasta ser atacado el edificio de la Embajada, Arroyo esquina Suipacha de la ciudad de Buenos Aires.
Con esta información, y el antecedente de que el año pasado no se efectuó el acto central por haber sido el 17 de marzo Shabat, y se efectúo una muy importante actividad en la ex ESMA, donde funciona la secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación, este jubilado del Abasto convenció a su esposa regresar del country el domingo a media tarde, para llegar a Arroyo y Suipacha con tiempo para presenciar el acto de la juventud.
Acto de la Juventud
La gran cantidad de vehículos que circulaba por la Panamericana, y que dificultaba el ingreso a la General Paz, más la demora del “152” hicieron que llegara con los minutos justos para estar a las 19 hs., pero surgieron dos inconvenientes, el primero que ninguno de los jóvenes del DAC que estaban en Juncal y Suipacha me conocía y por lo tanto estuvo más de 15 minutos hasta que pude pasar, y segundo que el acto comenzó a horario, por lo que no pude escuchar al joven que habló en nombre de los organizadores, quienes de alguna manera me impactaron cuando eligieron la consigna “Jaque a la impunidad” y difundieron el correspondiente flayer.
Yosy Zilberman representó en esta oportunidad a la representación diplomática, pues el embajador estaba en el estadio de River Plate acompañando a dos sobrevivientes del atentado y sus familiares, quienes antes de que se iniciara el partido dieron una vuelta a la cancha portando una bandera que recordaba que en ese día se conmemoraban los 27 años del atentado
Me emocione con las palabras de Malena Cohen, hija de Jorge Cohen, sobreviviente del atentado, en especial su mención a Carlos Susevich z’l. También cuando me acerque a la verja que circunvala la plaza seca, y desde allí miré a los asistentes, una cantidad impresionante de jóvenes que un domingo al anochecer se habían reunido a reclamar justicia por un atentado efectuado 27 años antes, cuando la mayoría de ellos seguramente no había nacido.
Muy pocas personas mayores, y mucho menos dirigentes, si bien observé que estaban Sergio Pikholtz y Luis Nimhauser, presidente y secretario de la OSA respectivamente; Cacho Astrovsky, ex presidente de la OSA al que siempre veo en los actos de la juventud; Eliahu Hambra y como siempre los dos periodistas comunitarios que graban el acto, el rubio del multimedio Emet y el de la pipa, aunque últimamente no lo estoy viendo fumar.
Acto Central
Llegué temprano, y ubicado a la sombra de un árbol, luego de pasar un estricto control de ingreso por la esquina de Arroyo y Carlos Pellegrini, cerca del ingreso lateral a la Plaza Seca, y mientras esperaba el sonido de la sirena que inicia el acto me entretuve observando que hacían los dirigentes comunitarios que conocía, varios ingresaban a la Plaza Seca luego de identificarse mientras que otros como el rabino y secretario de Estado Sergio Bergman; Gabriel Gorestein, prosecretario de AMIA; Miguel Toimaher, presidente del Seminario Rabínico Latinoamericano; Luis Nimhauser, tesorero de OSA, por mencionar a algunos, se quedaban en la calle.
Si bien tendría mucho que decir respecto al tenor de los discursos, en especial el del ministro de Justicia de la Nación, evitaré esas elucubraciones pues lo importante, por lo menos para este jubilado del Abasto era rendir homenaje a las víctimas, reclamar justicia y preservar la memoria de lo ocurrido, como bien indicaba la consigna “Y le contaras a tus hijos… que al terrorismo lo vimos así de cerca”
Nuevamente la cantidad de asistentes fue menor, desde mi apreciación, a la del acto de la juventud, pero se notó la presencia de varias delegaciones de alumnos de las escuelas judías, con sus abanderados.
Este año la estructura de este acto fue distinta al de otros años, con algunas modificaciones, una de las cuales me pareció muy acertada: que las ofrendas florales se coloquen al finalizar los discursos. Sobre la inclusión de un momento espiritual, que representantes religiosos elevaran oraciones en memoria de los fallecidos, no he de elucubrar pues desconozco que la motivo, pero lo que sí quiero dejar en claro que me sorprendieron gratamente las palabras del Imán Marwan Gill.
Nuevamente tengo que afirmar, como lo sostuve en ocasiones anteriores a amigos y conocidos, y ahora lo hago en un medio, que el momento musical como cierre me parece que está de más, que es válido para el acto juvenil pero no en uno tan protocolar.
Movilización previa y posterior
La campaña promoviendo la conmemoración del 27º aniversario del atentado a la Embajada debe de haber sido de las más activas de los últimos años, se organizaron una importante cantidad de encuentros de los sobrevivientes, acompañados por el embajador Ilan Sztulman con diversos estamentos sociales: se reunieron con el Presidente Provisional del Senado, Federico Pinedo; con Sergio Massa, quien los recibió junto con su mujer Malena Galmarini, el diputado nacional Diego Bossio y jóvenes de su espacio político; con jóvenes sindicalistas en la sede de la CGT, encuentro en el que también estuvo Héctor Daer.
Sobre este tema tengo que contarles a los estimados lectores algo que escuché cuando por casualidad se sentaron en el café de Juncal y Suipacha Jorge Cohen y los dos periodistas comunitarios mencionados más arriba.
Terminado el acto, como buen jubilado tenía ciertas necesidades por lo que me dirigí al café de Suipacha y Arroyo, y luego de solucionado el problema, me di cuenta que tenía hambre, así que pedí un plato de comida con una bebida, y como a los 15 minutos entraron Jorge y sus acompañantes, y se sentaron en la mesa que estaba al lado de la mía.
Como era lógico trate de escuchar lo que hablaban, y era sobre las entrevistas a las que Jorge había concurrido, con Massa y con Daer y los jóvenes sindicalistas, en las cuales se sintió muy bien recibido y percibió que era sincero el interés por lo ocurrido y todos los avatares que tuvieron que pasar en estos 27 años.
También conversaron sobre otros temas de la realidad comunitaria, pero sobre ellos quizás en otras elucubraciones los comente, pero demás les pido disculpas por haberlos escuchado, creo que se dieron cuenta aunque no me dijeron nada, solo bajaron las voces, pero fue sin maldad.
En la Catedral Metropolitana, en el recinto en el que se ubica una instalación que data de 1997 realizada en memoria de las víctimas del atentado a la Embajada de Israel, la AMIA y el Holocausto, se realizó un rezo y encendieron velas en memoria de los fallecidos. También se procedió a la inauguración de una obra alusiva en el Congreso de la Nación, acto que contó con la presencia de numerosos diputados nacionales.
La campaña de avisos en las redes sociales, afiches en las calles y en la red de subterráneos, fue de tal magnitud que hasta fue mencionada en medios israelíes
Además debo afirmar que tanto la presencia de los medios en el acto central como las notas en los medios de prensa gráficos, radiales y televisivos en los días previos al acto central, como una vez finalizado el mismo fueron mayores que en otras ocasiones.
Si bien no es común que mis elucubraciones tengan otra finalidad que describir la visión de un judíos común, jubilado y ajedrecista fracasado que desde hace décadas transita la “calle judía”, en esta oportunidad voy a hacer una excepción y felicitar a quienes planificaron esta campaña de difusión, y la llevaron a cabo.
Evaluación final
Al igual que algunos analistas o comentaristas, creo que además de elucubrar sobre la conmemoración del 27º aniversario del atentado a la Embajada de Israel, es necesario efectuar una evaluación pues creo que transcurridos casi tres décadas lo importante es preservar la memoria de lo ocurrido, para lo cual considero que una interesante e importante campaña mediática y un apoyo al acto de los jóvenes son mucho más importante que el protocolar acto central, donde ni siquiera se les pide a las instituciones comunitarias judías que suspendan sus actividades de 13 a 17 horas para que sus empleados y funcionarios puedan concurrir a Arroyo y Suipacha.