
Por Flavio Goldvaser.
Como consecuencia del sangriento atentado ocurrido la semana del 17 de Febrero y que costó la vida a más de 40 soldados. Y que hemos detallado anteriormente. Debemos decir que el gobierno Indio a través del Ministerio del Interior el 23 de Febrero del 2019, ordenó la movilización de unas cien compañías de milicias paramilitares, aproximadamente unos 10.000 hombres, a la región fronteriza de Kammu-Kashmir para tomar posiciones y reforzar más de una decena de puestos policiales de la región. Debido a informes de inteligencia recibidos por las fuerzas armadas sobre posibles nuevos ataques de fuerzas separatistas en cinco distritos de aquella provincia y complementariamente ordenar al gobierno civil de la región de Kashmir de proceder a organizar y abastecer de alimentos y otras necesidades a todas las topas destinadas a la región, ordenar la racionalización de combustible en la región para vehículos civiles a no más de 3 litros por día a vehículos civiles y 10 litros comerciales. Como así mismo ordenar el cierre parcial de la autopista principal de la región acompañado de un pedido de suspensión de las vacaciones a todo personal médico en la región. Como lo prueban las copias de los documentos recibidos y que publicamos detallando esas órdenes y pedidos aunque el gobierno indio asegura en la prensa que se trata de una movilización de rutina debido a las próximas elecciones generales según informa el periódico ZeeNews.
Todas estas acciones vienen acompañadas por el arresto producido del líder musulmán separatista Yasin Malik y el de otras 150 personas relacionadas al grupo separatista Jamaat-e-Islami Jammu and Kashmir. Estos arrestos vienen acompañados a su vez a un pedido presentado por Nueva Delhi a la Corte Suprema de Justicia, para poder suspender derechos individuales en la región garantizados en la Constitución.
Mientras tanto el Gobierno de Pakistán informa la creación de un Comando de Crisis. Que funcionará en forma ininterrumpida en la sede del Ministerio del Exterior.